Un pez fósil de 319 millones de años, extraído de una mina de carbón británica hace más de un siglo, es el ejemplo más antiguo de un cerebro vertebrado bien conservado.
Un escaneo, en el que se usaron rayos X para revelar las características internas, reveló que el cráneo de la criatura contenía un cerebro y nervios de aproximadamente una pulgada de largo.
Investigadores de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido y la Universidad de Michigan en los EE. UU. creen que el descubrimiento abre la puerta a la neuroanatomía y la evolución temprana de un importante grupo de peces vivos, los peces con aletas radiadas.
Los hallazgos, publicados en la revista Nature, arrojan nueva luz sobre a la anatomía neural y la preservación de las partes blandas de los animales fósiles dorsales. La mayoría de los fósiles de animales en las colecciones de los museos se forman a partir de partes duras del cuerpo, como huesos, dientes y conchas.
El cerebro analizado pertenece a Coccocephalus wildi, pez primitivo con aletas radiadas casi del tamaño de un besugo que nadaba en un estuario.