Después de permanecer cerrada durante dos años por la pandemia del Covid-19, el Servicio de Parques Nacionales ha permitido nuevamente el acceso a la corona de la Estatua de la Libertad, uno de los miradores más emblemáticos de Nueva York. Aunque algunas partes de la estatua se fueron abriendo progresivamente, su corona había permanecido inaccesible al público.
Para visitar el mirador es necesario adquirir una entrada con antelación y el interés es tal que los billetes están prácticamente agotados ya para todo el mes de octubre.
A la corona se puede acceder únicamente subiendo por una estrecha escalera con 162 peldaños desde el pedestal de la estatua, situado ya a una altura de unos diez pisos, pero las personas con movilidad reducida pueden llegar con un ascensor.
El conocido monumento está situado en la pequeña isla de la Libertad, en plena bahía de Nueva York.
En 1886 Francia regaló a Estados Unidos la escultura llamada “La libertad iluminando al mundo”, realizada por el escultor Frédéric Bartholdi, para homenajear el primer centenario de la independencia norteamericana.
Durante el proceso de creación, Bartholdi utilizó varios prototipos a pequeña escala para trabajar con las proporciones de la obra definitiva, de 46 metros.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.