David Scott Smith, de 66 años, y Travis Shane Smith, de 32, padre e hijo, han sido detenidos este miércoles acusados de haber provocado intencionalmente el incendio de Caldor, uno de los más grandes de la temporada en California, Estados Unidos.
“Los dos hombres están acusados de violar la sección 452 del código penal de California, que se refiere comúnmente a provocar un incendio intencionado”, señala el comunicado de la fiscalía de distrito publicado esta tarde.
El abogado de los detenidos aseguró al diario The Sacramento Bee que los hombres son inocentes y que incluso llamaron al 911, la línea de emergencia, para avisar del inicio de la conflagración. Un juez ha fijado en un millón de dólares la fianza de ambos, que conocerán en las próximas 48 horas los delitos por los que se les acusa.
Las acciones de los Smith, causaron la destrucción de “propiedades deshabitadas” y provocaron heridas corporales a “múltiples víctimas”. Según el reporte de California Fire, la conflagración destruyó 1.000 estructuras, dañó otras 81 entre hogares y tiendas e hirió a cinco personas entre bomberos y civiles.
El Caldor inició a mediados de agosto y tomó a cientos de bomberos más de dos meses para contenerlo al 100%. En este tiempo destruyó unas 89.000 hectáreas al noreste de San Francisco, cerca de la frontera con el Estado de Nevada.
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El Caldor no causó muertes en los 67 días que estuvo activo, de acuerdo a California Fire, el organismo estatal encargado de coordinar los esfuerzos de lucha contra los grandes fuegos. Esta misma institución calcula que el 10% de los siniestros que combate cada año son iniciados a propósito. Este delito creció 6% en 2019, cuando los incidentes pasaron de 301 en 2018 a 320. En los últimos meses, tres personas sospechosas de provocar fuegos han sido detenidas en el Estado. Han provocado daños similares a pesar de perfiles tan variados entre los pirómanos. Uno de ellos era un criminólogo. Otra una maestra de yoga y chamán autoproclamada.
El fuego amenazó seriamente a Lago Tahoe, uno de los principales complejos turísticos en la Sierra Nevada californiana. La velocidad con la que avanzaba a finales de agosto obligó a las autoridades de los condados de El Dorado, Amador y Alpine a evacuar a miles de pobladores. Más de 22.000 habitantes de la parte sur de Tahoe inundaron las carreteras mientras huían de la conflagración. Esta fue la peor amenaza para la ciudad en 15 años, desde que otro incendio que duró solo una semana destruyó 250 casas y negocios. El Caldor también puso en guardia a las autoridades de Nevada. “Esto es serio, amigos”, dijo el gobernador del Estado, Steve Sisolak mientras le caía en la chaqueta ceniza del incidente ubicado a 32 kilómetros de distancia.
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