En apenas unas décadas la palabra celiaquía se ha convertido en un vocablo de lo más habitual entre progenitores. Es probable que a los nuestros no les resultara tan familiar como a nosotros, pero la realidad es que ahora es fácil que en el entorno de nuestros hijos haya algún amigo o compañero que padezca esta “intolerancia digestiva permanente a ciertos cereales”, como la definen en la Asociación Española de Pediatría (AEPED).
La razón de que esta enfermedad sea más conocida para nosotros que para generaciones anteriores tiene que ver con que ahora es más fácilmente diagnosticable. Y es así gracias al desarrollo de pruebas serológicas de alta sensibilidad y especificidad que, además, son menos invasivas. Los datos facilitados por la AEPED hablan de una prevalencia del 1% de la población. Y un estudio REPAC (Registro Español de Pacientes Celíacos menores de 15 años) realizado por la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica en el que participaron 24 hospitales con área asistencial definida, “refiere una incidencia cruda de diagnóstico de EC de casi 8 por cada 1.000 recién nacidos vivos y 54 por cada 100.000 menores de 15 años”, cuenta Cristóbal Coronel Rodríguez, pediatra de Atención Primaria en Sevilla y miembro del Comité Científico de Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE).
Precisamente esta federación es la encargada de organizar cada 27 de mayo el Día Nacional del Celíaco, porque, a pesar de tener tan alta incidencia en nuestro país, aún se ven en la necesidad de “dar visibilidad y apoyo a las personas celiacas con la intención de normalizar la vida del colectivo”, aseguran en su página web. Una prueba de ello es que muchos creen que se trata de una alergia, pero es algo más complejo, como cuenta Coronel Rodríguez. “Es un trastorno sistémico de naturaleza autoinmune causado por la ingesta de gluten en individuos genéticamente predispuestos y que se caracteriza por la presencia de síntomas de diferente índole, digestivos o extradigestivos, una lesión de la mucosa intestinal de grado variable y un aumento de anticuerpos específicos en sangre”.
El resultado directo del diagnóstico de esta enfermedad es que quienes lo padecen no pueden volver a ingerir alimentos con gluten durante toda la vida. Y hablamos de muchos años si tenemos en cuenta que suele diagnosticarse en la infancia. “Aunque la enfermedad celíaca afecta a todos los grupos de edad, incluidos los ancianos, es cinco veces más frecuente en niños que en adultos, y la relación mujer hombre es de dos a uno”, afirma el pediatra. Pero es que no hay ningún tratamiento curativo.
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