En el marco de las recientes discusiones internacionales sobre el enfoque de la lucha contra las drogas, se ha observado una división clara en el Consenso de Viena. Diferentes posturas y perspectivas han emergido en relación a las estrategias a seguir en la lucha contra el narcotráfico y el consumo de estupefacientes.
Uno de los puntos clave que se ha debatido es la necesidad de abordar el problema desde una perspectiva más integral, que incluya no solo medidas de control y represión, sino también enfoques de salud pública y reducción de daños. En este sentido, algunos países han abogado por políticas más flexibles y basadas en evidencia científica, con un enfoque en la prevención y la reducción de riesgos.
Por otro lado, existen posturas más conservadoras que defienden la continuidad de políticas de prohibición y criminalización, argumentando que son la única forma efectiva de combatir el tráfico de drogas y proteger la seguridad ciudadana. Estos países reafirman su compromiso con la aplicación de medidas punitivas y represivas como vías para contener el problema.
La grieta en el Consenso de Viena refleja la complejidad y diversidad de enfoques en la lucha contra las drogas a nivel internacional. A pesar de las diferencias, es fundamental que los países continúen dialogando y buscando puntos de encuentro para abordar este desafío global de manera efectiva y en beneficio de la sociedad en su conjunto.
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