La justicia española actúa por primera vez contra las propiedades de los oligarcas rusos. Un juez de Palma y otro de Tarragona han abierto diligencias para actuar contra los bienes en España de Víktor Vekselberg e Ígor Sechin, considerados próximos al presidente Vladímir Putin. La decisión se produce después de que la justicia de EE UU haya enviado sendas comisiones rogatorias (solicitud de auxilio judicial) sobre estos magnates, que figuran en la lista de sancionados elaborada por las autoridades de Washington. La apertura de las dos investigaciones judiciales se ha materializado este lunes en la intervención y posterior registro por parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional de los megayates Tango y Crescent, supuestamente propiedad de Vekselberg y Sechin, respectivamente, y que estaban atracados en los puertos de ambas localidades. Hasta ahora, las únicas actuaciones en España contra oligarcas se habían producido en la vía administrativa, no penal.
En el caso del Crescent ―una embarcación de 135 metros de eslora y valorada en más de 100 millones de euros―, el juez ha ordenado a la policía que tome declaración como testigo a cinco de sus tripulantes, señalan fuentes cercanas a las pesquisas. Se trata del capitán, el primer oficial y los jefes de ingenieros, cocina y económico, a los que se les interrogará sobre la identidad del verdadero propietario del barco, ya que este aparece formalmente a nombre de la sociedad Densiarly Entst, domiciliada en el paraíso fiscal de las islas Caimán.
Este yate estaba inmovilización desde el pasado 16 de marzo por una orden de la Dirección General de Marina Mercante, dependiente del Ministerio de Transportes, en aplicación de las sanciones puestas en marcha por la Unión Europea contra 893 personas tras la invasión de Ucrania. Sechin es considerado íntimo amigo del presidente ruso y máximo responsable de la petrolera Rosneft, el activo corporativo más valioso del Kremlin. También se le considera miembro del gobierno en la sombra de Putin por su condición de siloviki (hombre fuerte, antiguos oficiales de seguridad como el presidente ruso que medraron en el mundo de los negocios al amparo de este).
Sin embargo, aquella medida solo suponía la inmovilización provisional de la embarcación, lo que impedía que saliera a navegar o fuera vendida. Ahora, ha sido registrada por agentes de la Policía Nacional en busca de documentación y ha quedado intervenida. El yate lleva en el puerto de Tarragona desde el 2 de noviembre, cuando aún no había estallado la guerra. Cuatro meses después, el 4 de marzo, cuando la Comisión Europea ya había acordado aplicar sanciones a los oligarcas rusos tras el inicio de la invasión de Ucrania, la tripulación solicitó a la capitanía del puerto su salida, pero finalmente no zarpó. El 3 de marzo, Francia ya había intervenido a Sechin otra embarcación de lujo, el Amore Vero, cuando esta pretendía abandonar el puerto francés donde estaba atracada.
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