Desde su introducción en el mundo del fútbol, el VAR ha sido objeto de mucho debate y controversia. Hasta ahora, nadie sabe realmente qué hacer con esta tecnología, que se supone que debe mejorar la precisión y justicia en el arbitraje, pero que en muchas ocasiones ha generado más frustración e incertidumbre.
Desde el punto de vista de los aficionados y jugadores, el VAR ha sido el causante de la interrupción del juego, que pueden durar varios minutos mientras los árbitros revisan las decisiones que han tomado. Esto afecta claramente al flujo del juego y puede generar una sensación de desconexión con el partido en sí.
Existe también la cuestión de la subjetividad en la toma de decisiones del VAR, lo cual ha llevado a la solicitud de una mayor transparencia, incluyendo la posible adopción de micrófonos que permitan escuchar las conversaciones entre los árbitros mientras se comuniquen respecto a las posibles revisaciones necesarias.
Y no solo los aficionados y jugadores se han sentido frustrados con el VAR. También los árbitros han manifestado dificultades en la toma de decisiones debido a la densidad de las reglas y los criterios que deben seguir para una buena implementación de la tecnología. Esto releva la necesidad de mayor capacitación para los árbitros y de estandarización en las reglas que rigen el uso del VAR.
En último lugar, una de las mayores preocupaciones del VAR es su potencial para afectar a una de las características más atractivas del fútbol: la pasión del campo y el enfoque en el juego que representa. Con una tecnología que se supone debe proporcionar una mayor equidad, ¿se corre el riesgo de disminuir la emoción del juego y desviar la atención a más aspectos técnicos? Esta es una pregunta impactante a la que los reguladores deben enfocarse para garantizar que el fútbol no pierda su esencia emocional.
En resumen, el VAR ha generado más frustración e incertidumbre de la que se esperaba, y es necesario seguir debatiendo sobre la viabilidad y efectividad de esta tecnología en el fútbol. Esto debe incluir el trabajo en aspectos como la transparencia, la capacitación de árbitros y la estandarización de las reglas, para garantizar que los beneficios previstos por el VAR sean alcanzados sin desmerecer aspectos esenciales del juego como el drama y la emoción.
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