Estados Unidos ha abierto una investigación sobre el asesinato de la periodista de la cadena Al Jazeera Shireen Abu Akleh, perpetrado en mayo en Cisjordania, a través de la agencia federal FBI. La periodista, de nacionalidad palestino-estadounidense, fue abatida por un soldado israelí mientras cubría una incursión militar en la Cisjordania ocupada. El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, afirmó este lunes que su país no va a cooperar en las pesquisas. La familia de Abu Akleh se ha mostrado “alentada” por la decisión de Washington, que ha considerado “un paso importante” para “la rendición de cuentas” y “la justicia”, y ha pedido usar “todas las herramientas de investigación a su disposición” para esclarecer los hechos. El ministerio de Asuntos Exteriores palestino también ha celebrado la noticia.
La veterana periodista Abu Akleh, nacida en Jerusalén en 1971, era una referencia periodística en todo el mundo árabe, tras 25 años apareciendo en los televisores de millones de personas. Su asesinato conmocionó de forma inmediata a buena parte de la región y causó una mezcla de gran consternación y rabia a lo largo y ancho de Palestina, donde su muerte fue recibida con uno de los funerales más largos y concurridos de su historia.
Aunque la apertura de la investigación aún no ha sido confirmada por Estados Unidos, el ministro Gantz tachó en Twitter de “error” la decisión del Departamento de Justicia, que supervisa al FBI. También señaló que les ha transmitido el mensaje de apoyo a los soldados del ejército de Israel, y avanzó que ni cooperarán con una investigación externa sobre la muerte de Abu Akleh ni permitirán una intervención en las suyas propias.
La Autoridad Palestina, la familia de Abu Akleh y Al Jazeera acusaron desde el principio al ejército de Israel de haber abatido a la reportera de forma intencionada. Y si bien las Fuerzas Armadas israelíes negaron en un primer momento su responsabilidad y acusaron a hombres armados palestinos, una investigación posterior de la ONU concluyó que las balas que mataron a Abu Akleh, “aparentemente bien dirigidas”, fueron disparadas por soldados israelíes. Varios medios de comunicación han llegado a conclusiones similares.
“Una alta probabilidad”
No fue hasta principios de septiembre que el ejército israelí concluyó también que existe una alta probabilidad de que uno de sus soldados matase por error a la periodista, aunque su informe matizó que no era “posible determinar de forma inequívoca el origen del disparo” y la justicia castrense adelantó que no iba a investigar penalmente los hechos. El Departamento de Estado de Estados Unidos había descartado previamente abrir su propia investigación. El rechazo categórico de Israel a una investigación estadounidense contrasta con sus llamadas iniciales a la Autoridad Palestina a realizar una conjuntamente.
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Dado que el Departamento de Justicia no ha hecho oficial su decisión, todavía sigue sin conocerse el alcance de la investigación que pretende realizar, cuándo podría arrancar, o las consecuencias que podría acarrear. Aunque medios estadounidenses han señalado que existen precedentes de investigaciones del FBI sobre la muerte de ciudadanos ocurridas en el extranjero, una investigación que implique al ejército israelí es del todo inusual.
Por estos motivos, tampoco está claro aún el impacto que esta investigación podría tener en las relaciones entre dos férreos aliados como Estados Unidos e Israel. La noticia llega, además, cuando el Estado judío se prepara para un cambio de Gobierno que está previsto que lleve al poder en los próximos días a la coalición más escorada a la derecha de su historia.
El giro de guion en Washington se produce después de que la familia de Abu Akleh haya estado presionando durante meses, con el apoyo de múltiples congresistas y senadores demócratas, para que se investigara y se hiciera justicia por el asesinato de la periodista. En este sentido, la congresista Rashida Tlaib apuntó en Twitter que la apertura de una investigación por parte del FBI es “el primer paso hacia una verdadera rendición de cuentas”, e instó a las autoridades a garantizar una investigación “transparente, creíble e imparcial”. El senador Chris Van Hollen, por su parte, consideró que “se trata de un paso tardío pero necesario e importante en la búsqueda de justicia y responsabilidad”.
En su comunicado, la familia de Abu Akleh ha expresado que está preparada para asistir en la investigación, y ha pedido que cualquiera que disponga de evidencias haga lo propio. “Esperamos que esta investigación de Estados Unidos sea realmente independiente, creíble y exhaustiva, y que siga las pruebas hasta donde lleguen”, han escrito.
El grupo de derechos humanos israelí Yesh Din, que trabaja también en Cisjordania, ha expresado en un comunicado su satisfacción con la apertura de la investigación. Pero ha aprovechado la ocasión para notar que “se trata de un suceso inusual ya que implica a un ciudadano estadounidense y una periodista famosa”, y en este sentido ha asegurado que en la mayoría de casos el ejército israelí no lleva a cabo investigaciones penales.
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