Para el común, torpe, humano, esclavo de la ley de la gravedad, asfalto en los pies, agobio en la cabeza, y una nube de tubos de escape en vez de aire, no hay quizás deportistas más admirables que los que se sienten artistas en las laderas de las montañas, nieve en los pies, adrenalina en el coco, riesgo en el corazón, aire que duele de frío, a 15 bajo cero, y de limpio, y dan ganas de suspirar.
Se ríen de la ley de la gravedad, qué es eso, y se lanzan sobre esquís mínimos pendiente abajo, locos, girando, saltando, por barandillas artificiales, y saltan desde rampas curvas, y giran, y giran, como Eileen Gu (para los occidentales, para los de la California en cuyo San Francisco, con vistas al Golden Gate, nació hace 18 años) o Gu Ailing (en la China para la que compite y gana medallas en sus Juegos de Pekín). La goza, y a veces no se caen. Se llaman freestylers o freeskiers.
Siempre free
Para ellos lo significa todo, sobre todo desafío a las normas, a lo que se considera normal, a los límites de la imaginación, y vuelan ingrávidos, crean figuras, huyen del camino fácil, y es complicado serlo en el slopestyle, una de las cinco parcelas de la nieve libre y olímpica (las otras: big air, halfpipe, baches, aerials, con esquís y en snowboard, con Queralt Castellet medalla de plata), y Gu ataca las barandillas deslizantes, más que el hielo, tan pulidas, tan estrechas, como si fuera Simone Biles sobre la barra de equilibrio en su gimnasia imposible, y entra girando y sale girando, de espaldas y de frente, y ante ella se abren caminos que se bifurcan, que obligan a una elección borgiana, barandillas, rampas, y elige segura.
Siempre buscando el más difícil. “Y en el slopestyle, un descenso de 600 metros con obstáculos, los raíles, las barandillas, que imitan a las de las escaleras urbanas, son el sitio en el que más fácil es fallar”, explica la joven freeskier guipuzcoana Maialen Oiartzabal, de Oiartzun. “No vale solo patinar sobre ellas y no caerse. Hay que hacer giros antes de entrar y al salir, y luego seguir esquiando fluida, limpia, estilosa, con trazadas amplias. Y, sobre todo, hay que hacer eso, entrelazar elementos sin parones para preparar uno u otro, sino todo seguido, y ser creativa. Lo alternativo puntúa más porque hace progresar el deporte, nos hace avanzar a todas”.
Eileen Gu Ailing
(y, así, todos contentos, occidentales, orientales) es también, dice Oiartzabal la que más se entrena, la que más se dedica y trabaja, y es la favorita para una segunda medalla de oro después de la que consiguió la semana pasada en el big air, el salto único, en la antigua siderurgia de Pekín.
Como todas las demás competidoras es extraordinaria, vive el mundo quizás cabeza abajo y pies arriba, y los californianos no entienden que ese carácter excepcional de aquella a la que en Pekín, y sus cinco millones de seguidores en redes, llaman con exclamaciones, la “princesa rana”, quizás explique que, pese a su madre china, la cría sola, a los 15 años, hace tres, eligiera ser china y no norteamericana, y eso que estudia en Stanford, con todo lo que eso significa, y, visto desde la superioridad cultural que exhiben los hijos de Estados Unidos, no solo porque la cuestión de los derechos humanos no es lo que mejor se le da al gobierno de Xi Jinping.
La reina china de Pekín
Y no princesa, hizo un primer recorrido regular, un segundo catastrófico y solo en el tercero fue capaz de acercarse a lo que es ella, la acróbata que todas querrían ser. Planchó sus trucos, algunos espectaculares como un doble cork 10 Japan Airlines, pero no le valieron para superar a la mejor, pues Gu no ganó. Fue mejor la suiza, 20 años, Mathilde Gremaud, ya bronce en big air, y Gu fue plata, y feliz. “No sé por qué sigo haciéndome esto, dejarlo todo para el último salto, como en el big air”, dijo, “pero me encanta porque he convertido la presión en combustible, y sienta tan, tan bien…” La china de San Francisco aún dispone de una nueva oportunidad de medalla en la competición de halfpipe, su favorita.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook y Twitter, o visitar nuestra pagina oficial.
La nota precedente contiene información del siguiente origen y de nuestra área de redacción.