El artista portugués Antonio Antunes hace mención en que el arte de la caricatura solo puede existir en países que gusten de propiciar la libertad de expresión. “La caricatura es parte de la democracia; hay caricatura en Irán, por ejemplo, pero debe ser alineada al punto de vista del gobierno; el gran palco de la caricatura es la democracia”, aseguró este domingo Antunes en entrevista.
El reconocido artista, presidente del World Cartoon Press, el Premio Oscar de la caricatura, estudió pintura, pero pronto renunció a exponer en los grandes salones, a cambio de expresarse en los medios a través del dibujo, como forma de rebelarse.
“Si fuera un pintor mi obra iban a acabar en la sala de alguien con dinero para pagarlas. No tendría eso ningún significado social; quise participar en un cambio. La puerta ha sido la prensa donde me quedé hasta hoy”, explica.
Antunes participo en la Feria de Guadalajara. Después vino a México donde recibe a Efe con uno de sus rituales: estudiar los periódicos de cada día.
“Trabajo en el semanario Expresso hace años. Es complicado cuando viajas porque si pasa algo extraordinario, los lectores van a preguntar dónde está el cartonista que no ha visto esto”, dice.
Tiene Antunes historia de polémico, como todo caricaturista apegado a la verdad es una piedra en el zapato de algún político o jerarca de la sociedad. Cuando Mijaíl Gorbachov fue nombrado presidente de la URSS, esperó a que los lectores vieran que el líder llevaba una mancha en la cabeza y la convirtió en mapamundi en su caricatura.
Sin embargo, su obra está tocada por la belleza más allá de la polémica.
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