Las estadísticas y graficas sobre el azúcar se han convertido en un gran aliado y en una medida de referencia para lograr reducir su consumo y que las personas sean un poco mas consiente de lo que ingiere. Una de las grandes medidas tomadas en España en este sentido fue la subida del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas en 2021, del 10% al 21% (excepto en Canarias, Ceuta y Melilla, donde no se aplica este impuesto).
Un informe publicado este miércoles por el Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol) evalúa los efectos de la aplicación de esta medida y, según sus conclusiones, desde la entrada en vigor de esa subida se ha registrado un descenso de casi 11 litros, un 13%, en los hogares con menor nivel económico. El dato se cuadruplica hasta alcanzar los 25 litros en los hogares de renta baja con hijos menores. Entre las familias de clase media y alta no se han encontrados datos significativos de descenso.
El azúcar está muy ligada a la obesidad, sobre todo la infantil, y, por extensión, al gasto público. En España, las patologías relacionadas con la obesidad suponen un 10% de este gasto, según datos de 2019 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta cifra sitúa a España un poco por encima del resto de países con ingresos altos. Por este motivo, Ángel Martínez, uno de los autores de la investigación, lo plantea como una medida efectiva, a pesar de que la reducción solo se produzca en un tercio de los grupos estudiados.
El investigador establece que, aunque no se produzca directamente una reducción en el consumo y la gente siga comprando estos productos, al pagar más, hay una compensación.
El economista desarrolla que la disminución de casi 11 litros contempla todo tipo de refrescos porque la medida afectaba a ambos, con y sin azúcar (edulcorados). No han podido estudiar si hay un mayor consumo de agua porque, aunque es posible diferenciar entre agua embotellada y de grifo, la segunda puede estar afectada por múltiples factores y no se puede ver una imagen completa.
El informe explica que 10 litros equivalen a unas 30 latas. Además, los investigadores han encontrado un “efecto contagio”, ya que el descenso del consumo de estas bebidas se ha visto acompañado por una caída del 10,5% al año en la compra de aperitivos como patatas fritas de bolsa, lo que equivale a unos 5 euros anuales, amplían los investigadores. Estos productos no estaban afectados por la subida del IVA. “Si una persona reduce el consumo de refrescos, también disminuye el consumo de lo que toma con ellos”, concluye el autor.
El aumento del IVA se trasladó en un 90% al precio final del producto —el que pagan los consumidores—, lo que supuso una subida de 12 céntimos por litro. La medida se ha aplicado tanto a las bebidas azucaradas, como a las edulcoradas (light y Zero). Esto ha permitido evitar el efecto sustitución que se produce cuando solo se grava una de ellas.
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