El éxito de League of Legends llevó a sus creadores, el estudio californiano Riot Games, a plantearse en 2015 crear una serie para televisión a partir del universo del videojuego. La pandemia retrasó su lanzamiento hasta diciembre de 2021. Cuando se estrenó, sin embargo, el éxito fue rotundo: la historia de animación heredó de El Juego del Calamar el puesto de serie más vista en Netflix durante las tres semanas en que se han repartido sus capítulos y acumula más de 130 millones de horas de visionado. Es la producción de mejor valorada de la plataforma en toda su historia. El estudio encargado del desarrollo de la serie ha sido el francés Fortiche, que ha dividido el trabajo en tres oficinas. Dos en París y Montpellier (sur de Francia), y la tercera, en Gran Canaria, isla en la que se instalaron en octubre de 2020.
Raúl Carbó
Es un ingeniero, animador y técnico de efectos especiales donostiarra, residente en Montpellier desde hace 30 años. Allí fundó hace 16 años la productora In Efecto. Durante 14 años se dedicó a la publicidad, fundamentalmente, para empresas como Michelin o BIC. En un momento de la pasada década, sin embargo, Carbó decidió abordar proyectos más largos de animación. Comenzaron a elaborar tráileres de series y no tardaron en cruzarse con la escritora Sophie Audouin-Mamikonian y su personaje Tara Duncan.
Los libros sobre este personaje guerrero habían sido adaptados hace más de una década para la televisión (sus episodios los emitía en España Clan TV). “Surgió la oportunidad de hacer un proyecto de animación con este personaje”, explica Carbó. “Y para ello decidimos asentarnos en Tenerife, aprovechar sus incentivos fiscales y sus facilidades y hacer así una serie de mayor calidad”. El resultado: Tara Duncan será a primera serie enteramente producida en Canarias que compartirá espacio con los Beatles y Star Wars en la plataforma Disney +. La empresa contaba con cinco empleados en Francia. Ahora son 180 en Tenerife. “Canarias fue la opción para salir de Francia desde el principio”, apunta Amélie Houpline, encargada de Producción de Fortiche en Canarias. “Venir aquí ha sido una buena noticia para la compañía”.
Fortiche y In Efecto se arriesgan en el archipiélago
no son los únicos dos ejemplos de cómo la industria de la animación está arraigando en el archipiélago bajo los auspicios de la Zona Especial Canaria. Está el ejemplo de Koi, que a través de su matriz Zinkia son los productores de Pocoyo (aunque dado que este es un personaje mudo no se le aprecia el acento canario); Ánima Kitchent, un grupo que cuenta con oficinas en México y Madrid, elabora en Canarias la versión renovada de la Familia Telerín (ahora denominada Cleo & Cuquín); o Mondo TV, empresa cotizada en el BME Growth, que produce Nina y Olga para la RAI de Italia. O incluso empresas enteramente canarias, como la tinerfeña 3 Doubles, cuyos fundadores trabajaron anteriormente en Planet51 (la película española de animación que en su día fue la mayor producción cinematográfica producida en España y se alzó en 2009 con el título de película española más taquillera a nivel mundial).
Libro Blanco de la Industria Española de la Animación y de los Efectos Visuales
Según la última edición del Libro Blanco de la Industria Española de la Animación y de los Efectos Visuales, en España hay 250 empresas. Los dos principales polos de concentración de actividad son, obviamente, la Comunidad de Madrid y Cataluña. Juntas, suman juntas el 60% del total. “Sin embargo, la distribución podría cambiar”, asegura este documento. “El 60% de las empresas declara estar dispuesto a deslocalizarse a otras comunidades”. Si en la ZEC contamos con 12 empresas de animación”, sostiene Hernández, esto significa que tenemos aproximadamente entre el 5% y el 7,5% del tejido nacional en número de empresas, muy por encima de nuestro porcentaje de PIB o de población. La cifra de empleos puede suponer el 13,3% del empleo total aproximado.
Y, destacan tanto Carbó como Hernández, lo que puede ser más importante es que la animación puede constituir una fuente de empleo bien remunerado para una comunidad autónoma como Canarias, a la cabeza española en tasa de paro y extremadamente dependiente del sector servicios. “Queremos ir a las escuelas primarias”, asegura el empresario donostiarra, “para explicar a los padres y a los alumnos en qué consiste ser animador y cuánto se puede llegar a ganar. Es un trabajo creativo en el que no hay paro y que está bien pagado. Es un trabajo de verdad, en una industria fuerte en la que hay futuro”.
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