El estreno de los siete nuevos ministros de Pedro Sánchez, cinco mujeres y dos hombres, dejó muy claro un mensaje que recorre el nuevo Ejecutivo tras la salida de varios pesos pesados. La línea general es la de un Ejecutivo que intentará potenciar su caracter negociador, de gestión más que de imagen, y que se prepara para resolver todos o la mayoría de los conflictos pendientes en esta segunda parte de la legislatura a través del diálogo y la búsqueda de consensos amplios.
Desde el conflicto con Marruecos hasta la ley de vivienda o la renovación del Poder Judicial pasando por la decisiva negociación con Cataluña, con una cita pendiente de la comisión bilateral que probablemente ya se dejará para septiembre, todos los nuevos ministros dejaron claro que intentarán resolver los problemas pendientes.
Más información
El que llevará más trabajo es el de Cataluña, uno de los ejes de la legislatura. El cambio aquí es significativo. Miquel Iceta, primer secretario del PSC y un veterano político, deja paso a Isabel Rodríguez, alcaldesa de Puertollano y por tanto dirigente del PSOE de Castilla- La Mancha, con posiciones muy diferentes en este asunto a las del PSC. El cambio ya fue muy evidente en la toma de posesión. Rodríguez, pese a dirigir un ministerio que presidirá la comisión bilateral con la Generalitat cuando se reúna, evitó hacer referencias a Cataluña, aunque destacó en su intervención la utilización del pacto como fórmula de trabajo.
La opción de Rodríguez como portavoz del Gobierno, un puesto para que el que sonó Iceta, demuestra también que Sánchez no quiere que, después de los indultos, Cataluña se convierta en el monotema político de cada rueda de prensa del Consejo de Ministros, algo que podría pasar con el líder catalán.