#MateuszMorawiecki #Guerra | El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, visito Berlín y mantiene su postura ante el Gobierno alemán, sobre suministrar todo tipo de armamento a Ucrania y afirmó que no hay razón para bloquear el apoyo a Kiev.
Morawiecki, ha hecho una crítica implícita del canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, por no enviar a Kiev armas pesadas. “Pido acciones decisivas del Gobierno alemán”, ha dicho en el Parlamento alemán, donde ha recibido el aplauso de los diputados conservadores. “Toda clase de armas deben ser entregadas. La batalla por la libertad y por nuestro futuro se intensifica mientras hablamos. Los tanques no deben quedar en almacenes, deben estar en sus manos”, ha añadido el primer ministro polaco.
La postura de Alemania en la guerra en Ucrania, unido a sus propios errores, ha provocado este lunes la dimisión de la ministra de Defensa, la socialdemócrata Christine Lambrecht. El cambio del titular de Defensa llega en un momento de profunda transformación de la concepción de la seguridad y la defensa del país, relegadas durante décadas a un segundo o tercer plano tras el crecimiento económico.
Su sucesor se enfrenta a un reto de enormes proporciones: ayudar a situar a Alemania en la posición internacional que le corresponde como gran potencia europea y asumir el desafío de encargarse de su propia defensa. Eso supone implementar la histórica modernización del Ejército que anunció el canciller en su ya célebre discurso de la Zeitenwende, o cambio de era, en febrero pasado. El sucesor de Lambrecht deberá ponerse manos a la obra con la mayor operación de rearme de Alemania desde la II Guerra Mundial. El primer paso es empezar a gastar el fondo especial de 100.000 millones de euros para la Bundeswehr prometidos por Scholz y que la anterior titular no fue capaz de gestionar.
Además, el nuevo titular de Defensa tendrá una cita clave el próximo día 20 con decenas de responsables de defensa de la OTAN, incluido el secretario de Estado estadounidense. Se trata de una reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania, el llamado formato Ramstein, en el que se discutirá el envío de carros de combate occidentales al ejército de Kiev.
La decisión a la que se enfrenta el canciller respecto a la guerra es el envío de los modernos tanques de combate Leopard 2. Se trata la última línea roja de Scholz, la que más le está costando traspasar por el peligro de escalada que supone ver tanques alemanes enfrentándose a los blindados rusos en el campo de batalla ucranio. El Reino Unido, sin embargo, anunció el fin de semana pasado que enviará a Ucrania tanques Challenger 2 para ayudar a Kiev a defenderse de la invasión rusa.
Los socios occidentales están presionando al canciller —como ha hecho hoy el primer ministro polaco para que forme una coalición internacional desde la que enviar conjuntamente estas potentes armas ofensivas, o al menos para que abra la mano y permita su reexportación. Al tratarse de armamento fabricado en Alemania, el Gobierno del socialdemócrata tiene que dar permiso para que otros países, como Polonia, puedan entregar a Ucrania los blindados que tiene en su arsenal.
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