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Manuel Morocho, inspector jefe de la Policía Nacional, ha desatado este martes una enorme tormenta en la Audiencia Nacional. El agente de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), que lleva durante una década al frente de la investigación sobre la trama Gürtel que asola al PP, ha explicado durante casi tres horas al juez Manuel García-Castellón ―instructor del caso Kitchen, sobre el espionaje ilegal al extesorero popular Luis Bárcenas― todo el cúmulo de “anomalías y presiones paralelas” que recibió desde la cúpula del Cuerpo y del Ministerio del Interior para tratar de boicotear las pesquisas.
Diferentes maniobras en informes
Con profusos detalles, Morocho ha narrado las maniobras para tratar de modificar sus informes para que no señalaran a dirigentes del partido conservador. Incluso, los intentos de comprarlo con su traslado a destinos mejor dotados económicamente, según confirman varias fuentes jurídicas.
“Me deja usted un panorama desolador”, ha llegado a afirmar el juez durante la declaración como testigo de Morocho, que se reanudará el próximo viernes. El magistrado lo había citado este martes después de encontrar supuestas referencias a las maniobras urdidas contra él en las 13 nuevas agendas del comisario jubilado José Manuel Villarejo.
Además, en febrero de 2019, el inspector jefe ya había esbozado al instructor cómo trataron de apartarlo de la investigación de Gürtel, la trama de corrupción encabezada por Francisco Correa y que implicó a numerosos cargos del PP que entonces lideraba Mariano Rajoy.
Un relato que este martes se ha convertido en una apisonadora contra los intereses del PP. El testimonio de Morocho se ha producido en la línea de investigación abierta por la Operación Kitchen, la trama parapolicial urdida en Interior para espiar al extesorero popular tras estallar el escándalo de los papeles de Bárcenas con el supuesto objetivo de arrebatarle material sensible sobre importantes dirigentes del partido. La instrucción de la Audiencia apunta a que ese despliegue comenzó en julio de 2013 —cuando Bárcenas se disponía a confesar por primera vez.
En ese sentido, el inspector jefe de la UDEF ha especificado que en verano de 2013. Cuando ya había estallado el escándalo de la caja b tras publicar los papeles que reflejaban la contabilidad opaca del partido. La cúpula policial le ofreció trasladarlo como agregado de Interior a una embajada. Entre ellas la de Lisboa, un puesto con una remuneración que supera los 10.000 euros mensuales. “Se me conminó a que minusvalorara los papeles de Columna Digital”, ha manifestado también el agente, que ha insistido en que rechazó la propuesta.