La covid ha trastocado el funcionamiento de las grandes poblaciones y la manera en que nos relacionamos con ellas. Los efectos son diversos. Ha bajado la movilidad, lo que se traduce en menos atascos y contaminación, pero le hemos cogido miedo al transporte colectivo. Hacemos menos trayectos al trabajo, estamos más en casa, vamos más a parques y menos a zonas de ocio. También ha mutado el espacio público: por ejemplo, hemos quitado sitio al coche para dárselo a las terrazas o para construir carriles bici. Algunos de estos cambios coyunturales anuncian claves que podrían seguir redibujando nuestro entorno en los próximos años.
Más espacio público para terrazas
Hasta ahora, cada centímetro arrebatado al coche generaba polémicas. Pero la búsqueda de más espacios al aire libre por el coronavirus ha facilitado que los ayuntamientos autoricen nuevas terrazas en la calzada, restando lugares de aparcamiento sin mayor oposición. Ha ocurrido de París a Londres y de Bruselas a Roma. En España, Barcelona es la ciudad que más cambios de uso de este tipo ha autorizado, 1.300, eliminando 4.100 plazas de aparcamiento en la calle; en Madrid se ha hecho sitio a casi 600 nuevas terrazas. La capital catalana y Zaragoza, además, planean que la medida sea permanente, mientras que Madrid ya anunciado que no las mantendrá.
Menos coches, menos tráfico
El fabricante de GPS TomTom elabora un índice de congestión que refleja el tiempo extra que un conductor tarda en llegar a su destino comparado con una situación sin atascos: 30% más significa un 30% más de tiempo. En 2020, analizaron 416 ciudades del mundo, de las que 387 tuvieron menos embotellamientos; la congestión mundial se redujo en un 19% (un 26% en horas punta). En las 10 capitales analizadas para este reportaje descendieron los atascos: en Madrid, un 35%; en Roma, un 29%. Esta situación tiene otra cara: puede impulsar que quien antes no se movía en coche empiece a hacerlo.
Oficinas a medio gas
Evitamos los espacios públicos cerrados y estamos más tiempo en casa. Así se desprende del informe de movilidad que Google elabora semanalmente desde el inicio de la pandemia, que compara el nivel de desplazamientos con respecto a los meses de enero y febrero de 2020. Los porcentajes varían por urbes en función de las medidas restrictivas —en el confinamiento de marzo cayeron más del 90%—, pero en general se aprecia una tendencia a permanecer más tiempo en casa a la vez que se reducen los viajes a los centros de trabajo (un 30% menos en Madrid y Barcelona) o a lugares de ocio (en ciudades como Bruselas la caída registrada es del 50%). Solo las visitas a las tiendas de productos de primera necesidad han recuperado los niveles de antes de la pandemia. En cuanto a los parques, se prefieren antes que los lugares cerrados, e incluso en ciudades como Berlín y Bruselas, la media de visitas a zonas verdes es superior a la de los meses anteriores a la crisis sanitaria.
Disminuyen las salidas de casa para consumir
Los desplazamientos a tiendas de productos no esenciales o a lugares de ocio no se han recuperado, con descensos en torno al 30% en las ciudades españolas estudiadas y de hasta un 70% en París durante el pasado abril, según el análisis de Google. Los datos coinciden con el estudio de Geoblink, una empresa que estudia la movilidad peatonal en las ciudades españolas. Su análisis desgrana en detalle cómo ha sido la asistencia a los lugares destinados al recreo. Ninguna de las categorías estudiadas —gimnasios, cines, centros comerciales o cafés y bares— han recuperado los niveles de afluencia de 2019. El desplome en los centros comerciales es especialmente significativo. Sin embargo, y pese a la caída general, los gimnasios han sufrido menos los efectos del miedo a los espacios cerrados; de hecho, en Madrid han experimentado una importante recuperación que no se da en otros municipios.
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