La Copa América en Brasil ha recibido este jueves la luz verde que le faltaba. La mayoría de los magistrados del Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia judicial del país han rechazado por seis votos a cero tres acciones que cuestionaban que el campeonato se celebrara en el País, alegando la emergencia sanitaria por la pandemia. Faltan cinco de los 11 votos para completar el pleno y los magistrados tienen hasta las 23 horas de Brasilia para revelarlos, pero es improbable que reviertan el resultado actual.
La Copa América llegó al Supremo el 8 de junio, cuando su presidente, Luiz Fux, aceptó la solicitud de una solicitud extraordinaria para analizar el asunto. Respondieron así a dos pedidos de suspensión del torneo: uno del diputado federal Julio César Delgado, del Partido Socialista Brasileño, y otro de la Confederación Nacional de Metalúrgicos. Hay una tercera solicitud del Partido de los Trabajadores.
El torneo, que ha recalado en Brasil tras haber sido rechazado por Argentina y Colombia, es blanco de críticas debido a la gravedad de la pandemia. El pasado martes, los jugadores de la selección brasileña publicaron un manifiesto en el que afirmaban que estaban en contra de la organización de la Copa. Sin embargo, no especificaron los motivos, no mencionaron la pandemia y confirmaron su participación.
“Es un auténtico contrasentido acoger un evento de esta magnitud en un momento tan delicado, como si no fueran suficientes las dificultades actuales que ya se estamos afrontando”, afirmó el diputado Delgado. El presidente, Jair Bolsonaro, defendió públicamente la realización del torneo. “Se está jugando la Libertadores, las clasificatorias [para el Mundial de Catar], la liga brasileña (…) Todo este alboroto es porque [la emisora] Globo no tiene los derechos de imagen”, argumentó. El mandatario ultraderechista es un enemigo declarado de la poderosa cadena Globo, que no llegó a un acuerdo con la Conmebol y no transmitirá el torneo.
En la sesión, dos de los magistrados señalaron que los gobernadores tienen autonomía para vetar los partidos en sus Estados. “Esta decisión no podrá sobreponerse ningún tipo de orden, ni administrativa, ni del presidente de la República y menos aún de una entidad deportiva”, argumentaron.