Un informe de 127 páginas elaborado por dos comisiones del Senado de Estados Unidos ha sacado a la luz una serie de fallos graves de seguridad previos al asalto al Capitolio, que tomaron seguidores del expresidente Donald Trump, el pasado seis de enero. El documento recoge varias advertencias sobre la posibilidad de hechos violentos que se hicieron llegar de forma “deficiente” y, posteriormente, “olvidados, por varias agencias del Gobierno. Por todo lo anterior la Policía del Capitolio quedó abandonada a su suerte y desprotegida ante los enfrentamientos con una turba violenta, tanto fuera como dentro del Capitolio.
El caos se apoderó de Washington el pasado 6 de enero cuando el Congreso se disponía a confirmar al demócrata Joe Biden como presidente de Estados Unidos. Miles de seguidores de Donald Trump, azuzados por sus acusaciones infundadas de fraude electoral, rodearon el Capitolio y traspasaron de forma violenta los cordones policiales, provocando altercados dentro del edificio. Lo que se vio entonces no se recuerda en la historia reciente del país: la sesión tuvo que ser suspendida, la ciudad decretó toque de queda, la Guardia Nacional fue desplegada y el mundo no podía creer que lo que veía fuera una imagen de Estados Unidos.
El informe conjunto de la Comisión de Reglas y la Comisión de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado pone la culpa en los retrasos burocráticos, lo que se tradujo en que los agentes del Capitolio no lograran asistencia durante los choques ya que obtuvieron instrucciones “caóticas, esporádicas y, según muchos agentes en primera línea del asalto, inexistentes” por parte de sus comandantes.
El análisis senatorial muestra cómo la gente que llegaba a Washington compartió en internet mapas de túneles bajo el Capitolio, que son usados por los legisladores para moverse por el gran templo democrático de EE UU. El informe prueba la existencia de amenazas anteriores a ese día, que no fueron comunicadas, por aquellos que planeaban atender al Capitolio el día de la certificación de Joe Biden. En esas amenazas se discutía si llevar armas al acontecimiento.