El grupo armado ELN ha vuelto a generar una ola de violencia en Colombia al asumir la responsabilidad de un atentado que dejó tres muertos en una zona rural del norte de Antioquia. Este hecho se da mientras continúa estancado el alto al fuego con el gobierno. La situación no hace más que mostrar la complejidad del proceso de paz y la necesidad de lograr un diálogo efectivo en medio de la crisis social y política que vive el país.
Los grupos guerrilleros han sido una amenaza constante para el territorio colombiano, sembrando terror y dejando un rastro de destrucción. Sin embargo, también es cierto que el conflicto armado ha dejado profundas heridas en la sociedad y una polarización que sigue en aumento. Es necesario que el gobierno y los grupos armados encuentren un camino hacia la reconciliación y la paz, pero esto no será posible sin la participación activa de la ciudadanía.
La construcción de una democracia sólida y la erradicación de la violencia son dos procesos interdependientes que deben avanzar juntos para garantizar un futuro de bienestar para todos los colombianos. El país necesita líderes comprometidos, capaces de buscar soluciones justas y equitativas para los problemas que aquejan a la nación, incluyendo la pobreza, la corrupción, la desigualdad y la violencia.
En este contexto, resulta fundamental el trabajo de los medios de comunicación, que tienen la responsabilidad de informar con veracidad y rigor sobre los hechos que afectan al país. Es necesario que se promueva un periodismo que contribuya a la construcción de la paz y que permita a la ciudadanía tomar decisiones informadas y conscientes. Solo así podremos avanzar hacia una Colombia más justa, igualitaria y en paz.
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