En la jornada de ayer se anunció que la compañía energética Enel suspendió de manera indefinida la construcción del parque eólico Windpeshi en La Guajira, Colombia. Esta decisión, que llega luego de varios años de consulta con las comunidades locales y en medio de problemas relacionados con el suministro de energía en la región, ha generado diversas opiniones en cuanto a su impacto en el futuro de la energía renovable en el país.
Por un lado, algunos defensores de la energía eólica han expresado su preocupación acerca de la posible pérdida de oportunidades para el sector. Desde su inauguración en 2020, Windpeshi había sido considerado como uno de los proyectos más ambiciosos en la materia en Colombia, y su suspensión, según estos críticos, podría generar desaliento en aquellos que apostaban por el desarrollo de energías renovables en la nación.
Por otra parte, voces en contra del proyecto han celebrado la noticia, argumentando que la construcción de parques eólicos en zonas como La Guajira se realiza sin tener en cuenta los derechos y necesidades de las comunidades locales. Sectores indígenas y afrodescendientes han denunciado repetidas veces la falta de consulta previa por parte de las empresas y el riesgo que representan estos proyectos para su forma de vida y sus territorios ancestrales.
En este contexto, es importante destacar que la decisión de Enel de suspender la construcción de Windpeshi pone en cuestión el modelo de desarrollo energético actual y pone de manifiesto la necesidad de una mayor participación y consulta a las comunidades locales en proyectos de este tipo. Se espera que esta suspensión genere debate y reflexión sobre las maneras en que se pueden desarrollar proyectos energéticos respetando los derechos y necesidades de las personas y los territorios en los que se ubican.
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