En dos escuelas en Afganistán, al menos 82 niñas han sido hospitalizadas después de ser envenenadas. El envenenamiento fue causado por sustancias desconocidas en la comida y el agua que consumieron las niñas, según informaron las autoridades afganas. Aunque la mayoría de las niñas se han recuperado, varias siguieron hospitalizadas en estado crítico.
Este acto vil ha sido condenado por líderes locales e internacionales. La discriminación de género aún es muy común en Afganistán, especialmente en las zonas rurales donde las niñas tienen menos oportunidades de educación en comparación con los niños. Estos actos de violencia amenazan aún más la situación vulnerable de las mujeres y las niñas.
Las autoridades afganas han prometido investigar el incidente y llevar a los perpetradores ante la justicia. Se espera que la comunidad internacional ofrezca su apoyo y solidaridad con las víctimas y sus familias. Es hora de que se tomen medidas concretas para proteger la educación y los derechos humanos básicos de las niñas y las mujeres en Afganistán y en todo el mundo.
Este trágico suceso es un llamado de atención a la discriminación y la violencia que enfrentan las mujeres y las niñas en todo el mundo. La educación es fundamental para la igualdad de género y el desarrollo sostenible. Debemos unirnos para hacer frente a estas injusticias y garantizar que todas las personas tengan acceso a una educación segura y de calidad, sin importar su género.
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