El martes 26 de julio, Teresa Ribera, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, confirmó que España reducirá entre un 7% y un 8% el consumo de gas de forma voluntaria, dentro del plan de Bruselas para prepararse para el invierno si Rusia cumple las amenazas y corta el suministro a la Unión Europea.
Los Veintisiete han acordado reducir voluntariamente un 15% la demanda de gas entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, con medidas de su propia elección. No obstante, el reglamento del Consejo recoge excepciones para los socios, dependiendo de sus posibilidades y circunstancias, como reclamaban España y Portugal.
“Nunca jamás en menos de una semana la UE había dado un paso adelante tan significativo”, ha celebrado Ribera en una entrevista en el Canal 24 Horas de TVE, en referencia a un acuerdo que, por primera vez, acompañará la política energética comunitaria.
El objetivo de la UE es “garantizar disponibilidad de gas adicional” y que “no se produzca una situación tan dramática como se vislumbraba”, ha recordado la ministra, quien considera que se ha llegado “con tiempo” suficiente para evitar el racionamiento o recortes mayores, si se aplican las medidas de ahorro y eficiencia.
Suficientes excepciones
El texto no contempla todas las exigencias de España, pero Ribera ya había reconocido por la mañana que se incluyen suficientes excepciones para poder ratificarlo.
Así, se atiende a las circunstancias de algunos países como la escasa interconexión de las islas -como Malta-, el problema de sincronización de la red eléctrica de los Bálticos -aún conectados a la infraestructura rusa- o la capacidad de almacenamiento de gas de cada Estado miembro.
El planteamiento es responder a las limitaciones geográficas y la diferente interconexión, sin embargo, la reducción del objetivo en ciertos países no implicará que deba ser compensado por otros.
Ribera apuntó que España “es el puerto de entrada más importante de la UE en gas natural licuado”, que reexporta el 20 % del gas que importa y que está “en condiciones de fortalecer esas capacidades para poder reexportar a través de los dos gasoductos transpirenaicos”, incrementando “de manera importante” el envío de gas al resto de Europa. “Ello permitiría almacenar y poder reenviar con metaneros de menor tamaño a otros puertos europeos”, añadió Ribera.
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