El Congreso de Estados Unidos ha aprobado definitivamente una ley para proteger los derechos de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Tras la votación del Senado de la semana pasada, la Cámara de Representantes ha aprobado por una amplia mayoría (258 a 169 votos).
La ley ya fue aprobada en el Senado con 61 votos a favor y 36 en contra. El respaldo de numerosos congresistas del Partido Republicano en ambas cámaras refleja el amplio apoyo social al matrimonio homosexual y ha permitido una tramitación rápida de la norma antes de la renovación del Congreso, en enero, con los elegidos en las elecciones del 8 de noviembre.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha celebrado ostensiblemente el resultado de la votación. Aunque quedan algunas iniciativas por tramitar en el Congreso antes de su disolución, esta es probablemente la última ley con alta carga simbólica de su mandato. En la próxima legislatura los republicanos tendrán mayoría en la Cámara para elegir un nuevo presidente y Pelosi, de 82 años, ya ha anunciado que deja incluso el liderazgo de su grupo.
El matrimonio homosexual es legal en todo Estados Unidos desde que el Tribunal Supremo, entonces con mayoría progresista, dictó la sentencia Obergefell contra Hodges en 2015 y declaró que todos los Estados tienen obligación de permitir esa unión civil a parejas del mismo sexo. Antes de esa sentencia, ya era legal en 37 Estados y la capital, Washington. Antes, el Supremo había declarado inconstitucional la ley de Defensa del Matrimonio, aprobada en 1996, que solo reconocía la unión entre un hombre y una mujer y negaba los derechos y beneficios federales a los matrimonios del mismo sexo. Hay cerca de 600.000 parejas homosexuales casadas en Estados Unidos.
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