El pequeño país de Estonia ha tomado medidas drásticas para protegerse de la amenaza rusa, instalando una gran cantidad de infraestructuras militares y fortificando su frontera con Rusia. Aunque algunos expertos afirman que estas medidas son exageradas y que Estonia no tiene la capacidad para sostener una confrontación militar prolongada contra Rusia, las autoridades estonias se muestran confiadas en que podrían resistir algunos días hasta que lleguen las fuerzas aliadas.
Estonia es un país pequeño, con una población de 1.3 millones de habitantes y una superficie de tan solo 45 227 km². A pesar de su tamaño, Estonia ha logrado desarrollar una economía vibrante y una sociedad altamente educada. Sin embargo, la ubicación geográfica del país lo convierte en un punto estratégico para Rusia, lo que ha llevado a las autoridades estonias a tomar medidas más drásticas para protegerse de una posible invasión rusa.
Esta situación generó tensiones entre Estonia y Rusia e incluso provocó algunas fricciones con la OTAN. A pesar de ello, Estonia ha seguido adelante con la implementación del plan de defensa para protegerse de la amenaza rusa. Una parte clave del plan es la instalación de sistemas antimisiles en la frontera con Rusia para interceptar cualquier ataque completo por parte de Rusia.
Aunque el plan de defensa ha generado algunas críticas, las autoridades estonias mantienen una actitud positiva y creen que la inversión y el esfuerzo valdrán la pena. El país sigue centrado en su desarrollo económico y en mantener su reputación como una de las sociedades más avanzadas de Europa. Con el fortalecimiento de sus defensas, Estonia espera poder asegurar su futuro y mantener su independencia.
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