La ministra Federal de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock anunció la expulsión de diplomáticos rusos de Alemania, Francia, Italia, Dinamarca y Suecia, entre otros países que se sumarán, como consecuencia de los ataques ocurridos el fin de semana pasado en Bucha, Ucrania, donde centenares de niños, mujeres civiles y militares, fueron acribillados por el ejército ruso, con armamento de alto calibre, durante más de 24 horas. Ya en Berlín se les pidió abandonar el país en cinco días.
Varios países europeos ya habían expulsado a supuestos representantes de Rusia en los últimos días acusándoles de ser espías que se hacen pasar por diplomáticos. Polonia lo hizo el día 23. “De manera coherente y decidida, desmantelamos la red de los servicios especiales rusos en nuestro país”, anunció el ministro del Interior, Mariusz Kaminski. Bélgica, Países Bajos, Irlanda y la República Checa tomaron la decisión la semana pasada, alegando la seguridad nacional.
Rusia prometió este martes responder a la ola de expulsiones de sus diplomáticos, según la agencia Tass, que cita a la portavoz de Exteriores del Kremlin, Maria Zajarova. El ministro de Exteriores, Alexandr Grushkó, aseguró que se trata de “una campaña planificada” y advirtió de que sus consecuencias se percibirán durante mucho tiempo.
Tras conocerse las imágenes de civiles aparentemente ejecutados por las tropas rusas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, viajarán esta semana a Kiev para encontrarse con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. El portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, ha anunciado en Twitter que el encuentro se producirá antes de un evento en apoyo a Ucrania previsto el sábado en la capital polaca. La UE está acelerando un nuevo paquete de sanciones contra Moscú entre la presión creciente para que las medidas incluyan algún tipo de embargo energético.
Alemania, que ha expulsado en varias ocasiones a diplomáticos rusos en respuesta a acciones graves, como el asesinato de un rebelde checheno a plena luz del día en el centro de Berlín, es prácticamente el único país que ha hecho referencia explícita a la masacre de Bucha. Baerbock aseguró que las imágenes, de una “increíble brutalidad”, no podían quedar sin respuesta. “Tememos que se hayan producido actos similares en otras localidades ocupadas por las tropas rusas”, añadió.
Se pretende mantener la seguridad nacional de países europeos
El Ejecutivo francés anunció el lunes la expulsión del país de “numerosos” —algunas fuentes hablan de una treintena de personas— diplomáticos rusos cuyas actividades son “contrarias a los intereses de seguridad” del país. En un comunicado de apenas tres frases, París asegura que la decisión “se inscribe en una iniciativa europea” y subraya que la ha tomado para “garantizar la seguridad de los franceses y de los europeos”.
Tanto el canciller alemán, Olaf Scholz, como el presidente francés, Emmanuel Macron, han calificado de “crímenes de guerra” lo sucedido en Bucha y han reclamado nuevas sanciones contra Rusia. Macron ha hablado explícitamente de un embargo al petróleo y al carbón rusos, para lo que, dijo, espera llegar a un acuerdo con sus socios europeos en los próximos días. Berlín por ahora se mantiene firme en el no a la prohibición de las importaciones de hidrocarburos rusos, pero la presión es cada vez mayor, incluso desde dentro del Ejecutivo. La ministra de Defensa, Christine Lambert, aseguró que es el momento de discutir un posible embargo de la energía rusa.
Se les dan cinco días para abandonar Alemania
Los diplomáticos que trabajan en la Embajada de Berlín tienen cinco días para salir del país después de haber sido calificados de “persona non grata”. “Su trabajo supone una amenaza para quienes buscan refugio con nosotros. No vamos a tolerarlo”, aseguró la ministra alemana, que culpó no solo a “los dirigentes rusos” de las atrocidades que se están cometiendo sino también “a quienes siguen su propaganda”. El domingo una caravana de unos 400 coches que lucían banderas rusas e incluso el símbolo Z de apoyo a la invasión de Ucrania se paseó por la capital alemana para sorpresa e indignación de muchos viandantes. El embajador de Ucrania en Alemania, Andriy Melnyk, la calificó de “caravana de la vergüenza”.
El ministro de Exteriores italiano, Luigi di Maio, anunció este martes en Berlín, donde participa en una conferencia para dar apoyo a Moldavia, que su Gobierno expulsará a 30 diplomáticos de la embajada rusa por ser “un riesgo para la seguridad nacional”. La decisión se produce “en el contexto de la situación actual de crisis consecuente a la injustificada agresión a Ucrania por parte de la Federación de Rusia”.
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