En el panorama empresarial de Puebla, una alarmante situación ha emergido: un 70% de las empresas en el estado se ven rechazadas al solicitar créditos debido a su informalidad. Esta cifra, publicada por el Fondo para el Desarrollo Empresarial del Estado de Puebla (FIDE), revela una de las principales barreras que enfrentan los emprendedores locales en su camino hacia el crecimiento y la formalización.
La informalidad ha sido un problema persistente en México, donde muchas pequeñas y medianas empresas (MiPymes) operan sin los registros adecuados, lo que obstaculiza su acceso a financiamiento. A menudo, las empresas informales carecen de la documentación necesaria para cumplir con los requisitos exigidos por las instituciones financieras, un fenómeno que no solo limita su acceso a créditos, sino que también las deja en una situación vulnerable y expuesta a riesgos económicos.
En este contexto, la importancia de fomentar la formalización de las empresas se vuelve crucial. La formalización no solo abre puertas al acceso a financiamiento, sino que también permite a las empresas beneficiarse de una serie de programas y apoyos gubernamentales, así como de la protección legal que el marco normativo ofrece. Además, ser formal significa tener la posibilidad de establecer relaciones comerciales con otras empresas, aumentar la credibilidad ante clientes y proveedores, y acceder a mercados más amplios.
El FIDE ha enfatizado la necesidad de implementar estrategias que incentiven a las empresas a dar el paso a la formalidad. Programas de capacitación y asesoría pueden ser parte de las soluciones, así como herramientas digitales que faciliten el cumplimiento de normativas y regulaciones. El apoyo gubernamental se presenta, entonces, como una pieza clave para lograr que estas empresas no solamente sobrevivan, sino que también prosperen.
La preocupación por esta problemática no es solo un tema local; es un reflejo de una tendencia más amplia en el país. México cuenta con un gran sector informal que presenta grandes desafíos pero también una oportunidad inexplorada. Si se logra reducir la informalidad, se puede potenciar la economía y generar empleos formales, lo que a su vez contribuiría al bienestar y desarrollo social en la región.
Con la atención puesta en la formalización, el futuro del ecosistema empresarial en Puebla podría transformarse, permitiendo un crecimiento sostenido y el desarrollo de nuevas oportunidades. La historia de estas empresas será sin duda un relato que merece ser seguido de cerca, en un momento en el que la capacidad de innovar, adaptarse y formalizarse puede marcar la diferencia entre el estancamiento y el éxito.
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