El mundo del deporte está de luto tras conocer la noticia de la muerte de uno de los grandes del béisbol, Willie Mays, a los 93 años de edad. El jugador estadounidense, considerado por muchos como el jugador perfecto, se destacó por su habilidad tanto en el campo como en el bateo.
Mays, nacido en Alabama en 1931, debutó en las Grandes Ligas en 1951 con el equipo de los New York Giants. A lo largo de su carrera, que se extendió durante más de dos décadas, el jugador cosechó importantes logros, entre ellos 24 convocatorias al Juego de las Estrellas, dos premios MVP de la Liga Nacional y 12 Guantes de Oro.
Conocido por su espectacular defensa en el campo y su habilidad para conectar jonrones, Mays dejó su huella en el béisbol con actuaciones memorables, como su legendaria atrapada durante la Serie Mundial de 1954, en la que se lanzó hacia atrás para capturar un elevado de Vic Wertz.
La influencia de Mays trascendió el terreno de juego y su legado sigue siendo objeto de admiración para los aficionados al béisbol de todo el mundo. En 1979 fue incluido en el Salón de la Fama del Béisbol, convirtiéndose en el primer jugador en hacerlo de forma unánime.
El fallecimiento de Mays ha sido recibido con tristeza por sus compañeros y seguidores, quienes lo recordarán como uno de los grandes iconos del deporte que dejó su sello indeleble en la historia del béisbol. La muerte de Mays representa una gran pérdida para el mundo del deporte y un momento de reflexión sobre el legado que han dejado los grandes iconos de nuestro tiempo.
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