El municipio de Segura ha tomado la decisión de poner fin a una tradición que ha perdurado durante 300 años, la de hacer sonar las campanas durante la noche. Esta medida ha generado opiniones encontradas entre los habitantes de la localidad.
Según las autoridades locales, la medida se ha tomado con el objetivo de promover un ambiente más tranquilo y respetuoso durante las horas nocturnas, especialmente para aquellos que viven cerca de las iglesias. Sin embargo, algunos residentes han expresado su descontento, argumentando que esta tradición forma parte de la identidad y el patrimonio cultural del pueblo.
A pesar de la polémica, el alcalde ha asegurado que se realizarán consultas con los ciudadanos para buscar alternativas que respeten tanto la tradición como el descanso de los vecinos. Además, se contempla la posibilidad de establecer horarios específicos para el tañido de las campanas, de manera que se llegue a un equilibrio entre ambas necesidades.
Este cambio en la tradición de Segura pone de relieve la importancia de encontrar un punto medio entre la preservación de las costumbres y el bienestar de la comunidad. Aunque la decisión ha generado controversia, es evidente que el diálogo y la búsqueda de soluciones consensuadas son fundamentales para mantener el equilibrio entre el respeto a las raíces culturales y la convivencia armoniosa.
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