Una nueva ola de persecución ha golpeado a Guatemala. Esta vez, las víctimas son un fiscal anticorrupción y un exprocurador de derechos humanos. Ambas figuras ejemplares del país latinoamericano, han sido señaladas por su lucha contra la corrupción y la defensa de los derechos humanos.
La situación en Guatemala es alarmante para aquellos que defienden la justicia y la democracia. La impunidad y el abuso de poder son moneda corriente en el país, y aquellos que se atreven a cuestionarlos, enfrentan la persecución y la amenaza.
La lucha contra la corrupción en Guatemala ha sido un tema crítico en los últimos años. Varios funcionarios públicos han sido acusados de enriquecimiento ilícito y otros delitos relacionados con la corrupción. A pesar de los esfuerzos de los fiscales y otros funcionarios públicos, estas acusaciones rara vez resultan en condenas.
La persecución de los defensores de los derechos humanos y los fiscales anticorrupción es una triste realidad en Guatemala. El país necesita un cambio real y sostenible para erradicar la corrupción y garantizar la justicia para todos. Las personas que luchan por los valores democráticos deben ser protegidas y apoyadas en su incansable búsqueda por un país más justo y equitativo.
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