En la danza contemporánea, la coreógrafa mencionada enfatiza la importancia de plasmar las ideas que atraviesan el interior de los bailarines a través del movimiento. Según sus palabras, en la danza se trata de encontrar una forma de expresión y darle vida a lo que se lleva dentro, permitiendo al espectador conectarse con la realidad de cada intérprete.
La coreógrafa también destaca la necesidad de explorar diferentes enfoques y técnicas para nutrir la creatividad, desafiando a los bailarines a ir más allá de lo convencional y experimentar con nuevos conceptos. En este sentido, la danza se convierte en un medio para explorar ideas y emociones de una manera única y personal.
Además, se resalta la importancia de la colaboración en el mundo de la danza, donde la interacción entre bailarines, coreógrafos y músicos enriquece la experiencia artística y permite crear obras más profundas y significativas. La coreógrafa menciona cómo el diálogo entre los diferentes elementos de la producción contribuye a dar forma a la narrativa y transmitir mensajes complejos de manera efectiva.
En definitiva, la danza se presenta como un espacio de expresión y exploración, donde las ideas y emociones se convierten en movimiento y se comunican de manera poderosa. A través de la colaboración y la experimentación, los artistas pueden crear obras que trascienden lo convencional y llegan al corazón del espectador.
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