La empresa Domestika fue una de las grandes promesas del mercado digital en España. Convertirse en un “unicornio” para los inversores y mantener su crecimiento a pesar de la pandemia parecían señales inequívocas de éxito. Sin embargo, tras una serie de decisiones controvertidas por parte de la alta dirección, la compañía se ha estrellado en el terreno laboral.
Los empleados de Domestika, que en su gran mayoría eran freelancers o trabajaban bajo contratos temporales, se encontraron con una situación de incertidumbre y desprotección. A pesar de que la empresa declaraba un constante crecimiento en términos financieros, los trabajadores denuncian que ese éxito no se traducía en condiciones laborales justas ni estabilidad real en sus puestos de trabajo.
Las acciones de Domestika pueden ser uno de los grandes fiascos para el sector de la inversión en España. Los clientes y colaboradores habituales de la empresa han mostrado su desconcierto ante la forma en que la alta dirección ha gestionado esta situación y la pérdida de confianza en la marca podría tener un impacto duradero en su imagen.
El caso de Domestika también muestra las debilidades del actual marco regulatorio en materia laboral. La precariedad laboral en España sigue siendo una realidad para muchos trabajadores y es fundamental que se tomen medidas que garanticen sus derechos y condiciones de trabajo. Esperamos que este caso sirva como llamado de atención para que las empresas comprendan la importancia de una gestión responsable y justa con todos sus trabajadores.
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