El maratón de Valencia, hubo récords de todo tipo, así como son las marcas históricas, y hubo un hundimiento, el de la aclamada como estrella la víspera, la etíope Letesenbet Gidey, derrotada.
La campeona del mundo de 10.000 metros, que conoce el itinerario de Valencia al detalle, apostó por el conservadurismo. Era consciente de que podía exprimir el tiempo en la segunda parte del circuito. Escoltada por las liebres -el keniata Soi y los etíopes Werkineh y Niguse- que la acompañaban formando una flecha para resguardar a la etíope en su gran duelo, la destino pasó los primeros 5 kilómetros en 16:08, 40 segundos por encima del récord que Kosgei estableció en 2019.
Si Gidey hubiera batido el anunciado récord del mundo en su debut en el maratón de Valencia el mundo habría contemplado admirado su hazaña, la boca abierta, el hipo curado, y sin embargo, su asombro sería aún menor que el que produjo, acompañado de perplejidad y de una súbita y dolorosa pérdida de la inocencia, el resultado final de la carrera con el hundimiento de la fenomenal Gidey en el muro del kilómetro 36, antes de cumplir las dos horas de la carrera, y el brillo inesperado de su compatriota etíope Amane Beriso, quien se impuso con un tiempo de 2h 14m 58s, la tercera mejor marca de la historia (a 54s del récord mundial). Es la tercera mujer, tras la plusmarquista Brigid Kosgei (2h 14m 4s) y la también keniana Ruth Chepngetich (2h 14.18s), que ha corrido los 42,195 kilómetros en menos de 2h 15m.
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