General Motors contrató a una empresa externa para hacer la “revisión independiente y exhaustiva” de las votaciones sindicales de su planta de Silao, Guanajuato, acerca de el nuevo acuerdo colectivo, a raíz de las denuncias de irregularidades que incluso llevaron al Congreso de Estados Unidos al llamado de que debe respetar los derechos laborales en México.
Al respecto, GM respondió que no estuvo involucrado en violaciones a derechos laborales en esa armadora.
En abril pasado, más de 7 mil empleados de la transnacional en la planta de Silao exigieron votaciones personales, libres y secretas en base a los acuerdos del T-MEC, luego que el sindicato “Miguel Trujillo López” convocó de buenas a primeras una consulta los días 20 y 21 de abril en las mismas instalaciones.
Los trabajadores inconformes hicieron pública el rechazo a acciones encabezadas por actuales líderes sindicales y directivos de la empresa automotriz de coartar el libre voto y que las votaciones deben ser convocadas con tiempo suficiente y realizarse en lugares neutros.
Algunos empleados denunciaron ser hostigados por parte del sindicato en vigencia desde hace más de 10 años e incluso de la propia empresa para dar el aval al nuevo contrato contractual en el capítulo de protección.
Este martes, miembros de un comité del Congreso de Estados Unidos indicaron a la automotriz General Motors que debe respetar los derechos laborales en México
Los representantes Dan Kildee, Bill Pascrell Jr. y Earl Blumenauer dijeron, por otra parte, que en GM deben permanecer neutrales en cualquier futuro esfuerzo sindical de los trabajadores mexicanos.
“GM tiene la responsabilidad de denunciar las violaciones laborales y abusos contra los derechos laborales y humanos en la planta de Silao”, así como “garantizar que los trabajadores de sus instalaciones en todo México, quienes ejercen sus derechos en sus trabajos, lo hagan libres de amenazas o represalias”, dijeron en la misiva.
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