Hace poco leí un artículo interesante en el que se exploraba el concepto de ser “técnicamente bueno en la cama”. Aparentemente, este término se refiere a tener habilidades específicas en la cama que satisfacen a la pareja. Vamos, que no se trata solo de penetrar y ya está, sino de poner en práctica técnicas que incrementen el placer y la conexión con la otra persona.
La verdad es que me parece acertado el término, porque el sexo es algo que debe disfrutarse y no simplemente hacerse por hacer. Sin embargo, creo que a veces se presta demasiada atención a la parte “técnica”, cuando en realidad importa mucho más la conexión y la comunicación entre los dos miembros de la pareja.
Otra cuestión interesante que aborda el artículo es la necesidad de hablar claramente sobre lo que gusta y lo que no gusta. Esto puede ser difícil al principio, pero es fundamental para construir una vida sexual plena y satisfactoria. Al fin y al cabo, nadie es adivino y, si no le decimos a nuestra pareja lo que nos gusta, difícilmente lo va a averiguar por sí sola.
En conclusión, creo que es importante tomarse en serio la sexualidad y no relegarla a un segundo plano. Pero también es fundamental tener en cuenta que no hay una fórmula mágica para ser “bueno en la cama”. La variedad y la disposición para aprender y experimentar serán siempre clave, al igual que el compromiso de escuchar a nuestra pareja y hacer todo lo posible para que se sienta bien y satisfecha.
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