GUADALAJARA.- Cerca de 200 familias de cinco rancherías de la delegación de Mechoacanejo, en el municipio Teocaltiche, abandonaron sus hogares ante los constantes enfrentamientos entre sicarios de los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, registrados en los límites con Zacatecas durante las últimas semanas.
Las familias tuvieron que salir de sus casas a pie, en auto o con ayuda de otras personas para ponerse a salvo de los enfrentamientos entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada.
Las comunidades que hoy parecen pueblos fantasma son El Saucito, Rancho Santo, Rancho Mayor, Aguatinta y Los Pocitos. “Se vinieron sin nada, dejaron todo allá en su comunidad. Prácticamente nada más con la ropa que traían puesta se vinieron”, detalló en entrevista telefónica el padre Manuel, párroco de la iglesia del Divino Salvador.
Al menos 100 familias se refugiaron en esa parroquia; el resto de los desplazados se instaló con familias de la delegación de Mechoacanejo que les abrieron las puertas de sus casas.
“Son esas cinco comunidades. Aquí en la parroquia, cabecera de Mechoacanejo, tenemos albergadas cerca de 100 familias.
Las demás se quedaron con diferentes familias que gracias a Dios nos han abierto las puertas de sus casas, de sus corazones.
Han sido muchas familias las que nos han brindado el apoyo para ellos”, detalló el párroco de la comunidad.
El éxodo de los pobladores de estas rancherías que se localizan en los límites con el estado de Zacatecas comenzó al inicio de la semana, debido a las balaceras que se registraban en la zona, pero los enfrentamientos que se dieron entre jueves y viernes orillaron a más personas a dejar su patrimonio para salvar sus vidas.
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