Por Carlos Aguilera Rue
Los poros del sistema político y gubernamental en México destilan corrupción, impunidad, tráfico de influencias, deshonestidad y muchos otros fenómenos. Los grandes involucramientos de políticos con la delincuencia organizada, con el mal manejo de recursos para la obra pública y hasta con los recursos destinados para los desastres naturales, han llevado a México a ser un blanco de criticas a nivel internacional por el alto grado de corrupción en las instituciones.
México padece esta enorme enfermedad crónica y mortal que requiere una urgente cirugía, desde los niveles más bajos de instituciones públicas, hasta las grandes esperas del poder, para extirpar este cáncer llamado corrupción. Los nuevos gobierno que están próximos a iniciar, tanto en lo federal, estatal y municipal, tienen una deuda histórica que cumplir y es darle seguimiento cabal al significado del servicio público para pernear entre la sociedad una cultura. Es urgente recuperar la confianza de una sociedad víctima de gobernantes y políticos corruptos.
De acuerdo con Transparencia Internacional, la corrupción se define como el abuso de poder para beneficio propio y puede clasificarse en corrupción a gran escala y menor. La corrupción inhibe el efecto social de la inversión pública y genera marginación y pobreza.
El grave fenómeno de la corrupción, define el gobierno federal, daña la credibilidad de las instituciones públicas, lo que provoca pobreza y desigualdad; los programas sociales desaparecen, los subsidios no se
concretan y el dinero con el que se iba a financiar un proyecto de bienestar social acaba en un negocio privado o en el financiamiento de una campaña política donde muy pocas personas salen ganando.
La opacidad, malas prácticas, discrecionalidad, leyes demagógicas e impunidad han provocado que los últimos noventa años la riqueza se concentre en unos cuantos y el indice de pobreza en el país crezca
desmesuradamente.
En conclusión, las instituciones públicas y políticas en México tienen la enorme posibilidad de desterrar estas prácticas y promover estrategias que garanticen el pleno desarrollo económico, político y social.
Para colaborar en el análisis de esta problemática, Columna Digital y Morelos Post iniciaron este lunes pasado una serie de entrevistas y reportajes con personalidades del ámbito político en el estado de Morelos, quienes en muchos de los casos han destacado en el servicio público como personas probas, honestas y con una gran capacidad académica y de investigación.
Este lunes entrevisté al Mtro. Fernando Blumenkron Escobar, donde me presentó su tercera obra literaria. Memorias de un Servidor Público, Crónicas y Anecdotario donde relata sus más de tres décadas en el servicio público, en los tres órdenes de gobierno federal, estatal y municipal, y su empeño por mejorar cada día en atención a los sectores más vulnerables de la sociedad. Preparación académica, honradez, lealtad y un enorme compromiso con la población son los cimientos de un verdadero trabajo gubernamental.
En el libro describe de manera cronológica los 24 cargos que ha desempeñado a lo largo de 37 años de servicio entre los que destacan, Procurador General de Justicia del Estado de Morelos, Secretario de Seguridad Pública, Prevención y Readaptación Social, Magistrado Presidente del Tribunal Estatal Electoral, donde se destacó por sus buenas prácticas.
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