Dos empresarios de Texas enfrentan graves acusaciones por presuntamente sobornar a funcionarios de la petrolera estatal mexicana Pemex, así como a su brazo de exploración y producción, conocido como PEP. Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), Ramón Rovirosa y Mario Ávila habrían pagado más de 150,000 dólares en sobornos y artículos de lujo entre los años 2019 y 2021 para asegurar contratos en México.
La acusación, presentada en el Distrito Sur de Texas, detalla cómo ambos ciudadanos mexicanos, que también son residentes permanentes legales en Estados Unidos, conspiraron para corromper a altos funcionarios de Pemex. Se ha hecho pública la vinculación de Rovirosa con miembros de cárteles mexicanos, lo cual agrega una capa de complejidad a un caso que ya es sumamente delicado. Mientras Rovirosa ha sido procesado, su colega Ávila permanece en libertad.
Los delitos de los que se les acusa incluyen pagar sobornos a través de dinero en efectivo y artículos de lujo de marcas reconocidas como Louis Vuitton y Hublot a al menos tres funcionarios de Pemex y PEP. A cambio, estos funcionarios supuestamente facilitaron la obtención de contratos por un valor que supera los 2.5 millones de dólares para empresas asociadas con Rovirosa y Ávila.
La historia de corrupción de Pemex no es nueva. Durante décadas, la empresa estatal ha lidiado con escándalos que han involucrado a varios funcionarios de alto perfil, incluido el exdirector general Emilio Lozoya, quien ha sido un denunciante clave, señalando a expresidentes como Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto como parte de esta red de corrupción.
El actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en el tiempo que abarcan las acusaciones, prometió combatir la corrupción que ha plagado a su país y a Pemex en particular. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la clasificación de México en términos de corrupción ha decrecido.
Tanto Rovirosa como Ávila están acusados de un cargo de conspiración por violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero y tres violaciones sustantivas de la misma. Esta legislación prohíbe a ciudadanos y empresas estadounidenses, así como a individuos y compañías extranjeras ubicadas en Estados Unidos, ofrecer sobornos a funcionarios extranjeros con la intención de obtener negocios.
La presentación de estos cargos subraya la necesidad crítica de mantener la integridad en el sector energético, así como la importancia de la transparencia en las operaciones de Pemex. La situación retrata un panorama complejo que afecta tanto a las instituciones mexicanas como a las relaciones comerciales entre Estados Unidos y México.
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