Irán ha ejecutado este jueves al primer detenido oficialmente condenado a muerte por un presunto delito derivado de las protestas que se organizan desde la muerte bajo custodia policial el 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini, arrestada por llevar mal colocado el velo.
El prisionero, que la agencia semioficial Tasnim ha identificado como Mohsen Shekari sin dar más detalles, ha sido condenado por apuñalar por la espalda “intencionalmente” a un miembro de la fuerza paramilitar Basij y bloquear el bulevar Sattar Khan en la capital, Teherán, el pasado 25 de septiembre.
Es culpable de un crimen de guerra
Las autoridades iraníes han rechazado la apelación del abogado del preso al determinar que “no es válida ni justificada”, ya que consideran que es culpable de “crímenes de guerra” al bloquear la calle, amenazar con armas y enfrentarse a los agentes. El Tribunal Supremo de Irán, que califica las acciones del manifestante como un “ejemplo de hipocresía”, ha aprobado en la mañana de este jueves la sentencia y ha ejecutado inmediatamente el fallo. Los magistrados se apoyan en supuestas declaraciones de testigos del incidente, que habrían asegurado que las personas presentes estaban muy asustadas por la presencia del manifestante armado.
Mahmood Amiry-Moghaddam, director de la ONG Iran Human Rights, ha alertado este jueves de que se producirán “ejecuciones diarias de manifestantes” a no ser que las autoridades iraníes tengan que enfrentarse “a rápidas consecuencias prácticas a nivel internacional”, según ha señalado en un mensaje publicado en la red social Twitter.
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