El Carretón del Desierto, película creada por el director y guionista mexicano Jorge Prior Tapia, esta lista para estrenarse en las pantallas de la Ciudad de México en enero, en la Cineteca Nacional y en la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM), para posteriormente recorrer distintos circuitos en el interior del país.
Esta película, El Carretón del Desierto, con música original de Pedro Gilabert, indica su director, “va un poco a contracorriente de lo que pasa en el cine mexicano, porque en su obra no hay balazos ni muertos, ni tragedia. Esto es otra cosa”.
En la primera década del nuevo siglo, Sek, egresada de la Escuela de Arte Dramático de Polonia, y Hevia, profesor de educación física, acróbata y cirquero, se conocieron en Kerala, India, donde asistían a un curso de expresión corporal. Allí comenzó su amistad y, en lugar de regresar a sus países origen, empezaron un periplo por México, primero fueron al sur, pero terminaron en el semidesierto del altiplano norte, como turistas mochileros. Recorrieron a pie comunidades rurales, con una sola marioneta en su raído equipaje.
Tres años después de visitar caminos y rancherías de Zacatecas y San Luis Potosí, con la ayuda de un herrero potosino construyeron un carretón “que funciona con un motor de puro corazón”, precisó Sek, durante la presentación de la cinta.
Al Prior se le preguntó: ¿Cuál cree que sea el impacto cultural de El Carretón del Desierto en las comunidades rurales que ha visitado?
“Vimos varias funciones y también nos dimos cuenta de nada llega a esos lugares, así que estos dos locos en un carretón escenifican piezas rarísimas, extraordinarias; hipnotizan a niños y adultos. Recientemente empezaron a a dar talleres de teatro. Ellos consiguen sembrar la magia y el amor por el arte, por la literatura. Eso, sin duda, hará a esas personas mejores mujeres y hombres, mejores seres humanos, finalizó Prior Tapia.
Una pareja que se enamora y el resultado fue fantástico
Ella llegó a México de Polonia, él de España. Se metieron al desierto, y decidieron vivir ahí, su trabajo consiste en dar funciones de títeres en las rancherías más olvidadas y alejadas, primero caminaron los áridos caminos hasta el siguiente poblado. Luego, armaron un carretón impulsado por caballos que se convirtió en teatro, casa y transporte. La troupe creció y a pesar de todas las dificultades, cumplieron su sueño: la vida en libertad y la caza de niños y rancheros que escuchan sus increíbles historias.
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