El Zócalo de la Ciudad de México se convirtió el pasado sábado, 23 de noviembre de 2025, en un vibrante epicentro cultural con la celebración de la Fiesta de Culturas Comunitarias 2025, bajo el lema Yoltajtolli: Voces Vivas. Este evento, que reunió a 1,200 niños y jóvenes de 26 entidades de la República Mexicana, fue un testimonio conmovedor de la riqueza lingüística y cultural de los pueblos originarios del país.
Organizada por la Secretaría de Cultura federal, en colaboración con el gobierno de la Ciudad de México y el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, la fiesta deleitó a los asistentes con un monumental poema escénico que combinó canciones y versos, destacando el vasto mosaico lingüístico que caracteriza a México. Las voces de los pequeños resonaron con fuerza en un espectáculo que comprendió tanto melodías ancestrales como contemporáneas, representando lenguas como el amuzgo, mixteco, nahua y tarahumara, entre otras.
La celebración comenzó con un colorido desfile de trajes típicos que serpenteó al ritmo de una música festiva. Bajo un cielo que se sentía lleno de energía, los pequeños artistas llegaron a un escenario especialmente montado en la plancha de concreto, donde tuvieron lugar danzas y coreografías que evocaban juegos colectivos de tiempos pasados. Un momento histórico se vivió cuando una niña rompió años de cerrazón al tocar la Puerta Mariana de Palacio Nacional, permitiendo la entrada de cientos de niños indígenas al recinto, una acción que fue remarcada por la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza.
Acompañados por una orquesta compuesta por niños y jóvenes del Sistema Nacional de Fomento Musical, su actuación fue más que música; fue una afirmación cultural. La Banda Tradicional de Mujeres Indígenas, por su parte, estuvo conformada por 101 jóvenes que tocaron instrumentos que anteriormente les estaban vedados, simbolizando un cambio en la percepción social sobre el papel de las mujeres en la música.
El evento continuó con la participación del Coro Nacional Comunitario, compuesto por niños de los Cuicallis, casas de canto que forman parte de un esfuerzo más amplio para cultivar la riqueza cultural desde la infancia. Las presentaciones incluyeron una “Oración del agua” en hñähñu y la tradicional canción “Bolom Chon” en tsotsil, sumergiendo al público en un ambiente de armonía y celebración cultural.
El clímax de la jornada estuvo marcado por una conmovedora interpretación de “Cielito lindo” en diversas lenguas, que unió a artistas y espectadores en una experiencia única. El espectáculo culminó con una eufórica interpretación de “Flor de piña”, celebrando la diversidad y la unidad que caracteriza a México.
Este evento no solo fue una celebración de las lenguas y culturas, sino también un acto de reivindicación y un paso hacia un futuro en el que la pluralidad cultural sea abrazada y valorada. Las palabras de Jesusa Rodríguez, responsable de la dirección escénica, resonaron entre los presentes: “Si los pueblos originarios son la verdad más íntima de México, la niñez indígena es la poesía”.
Con eventos como este, se reitera la importancia de la diversidad cultural en el país, reafirmando que el camino hacia un futuro inclusivo debe pasar por la defensa y promoción de nuestras lenguas y tradiciones.
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