▲ La compañía teatral Juguito de Uva ofrece un taller de teatro de papel para niños de 9 a 12 años en escuelas públicas, además de narrar historias que fomentan la creatividad en la infancia.Foto cortesía de la compañía
Desde su creación hace cuatro años en la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la UNAM, Juguito de Uva ha emergido como una innovadora compañía teatral que se enfoca en ofrecer experiencias escénicas para un público diverso, con un enfoque particular en los más pequeños. Compuestos por graduados en literatura dramática y teatro, estos jóvenes artistas se han especializado en la exploración del teatro de papel y la manipulación de objetos, creando universos lúdicos y artesanales en cada montaje.
La historia de Juguito de Uva comenzó con la última asignatura de su carrera, donde se gestó la idea inicial. Originalmente conocidos como Viajeros Teatro, un descubrimiento sobre otra agrupación con el mismo nombre llevó a una extensa discusión que culminó en el nuevo nombre, que simboliza la unidad y la diversidad de ideas; en sus propias palabras, “un racimo de uvas” que representa la colaboración y la creatividad compartida.
“La primera obra que montamos fue Viajeros de papel, escrita por María Ramos y las hermanas Rivera. Desde ahí, comenzamos a experimentar con nuestros propios textos y temas”, cuenta Carlos Rangel, integrante de la compañía. Su tendencia hacia la creación propia se evidenció también en títulos como El pequeño dragón, de Lise Vaillancourt, y Carbón, confesiones de un crimen navideño, que se destacó en las temporadas decembrinas.
El enfoque de la compañía se centra en el teatro de papel, una técnica que permite la creación de objetos manipulados que pueden adoptar diversas formas y dimensiones. Rangel explica: “Este estilo también se conoce como teatro de juguete, donde los elementos escenográficos, incluso una mesa, ganan vida y carácter en el escenario”. Esta modalidad ha permitido a Juguito de Uva presentar obras donde la interacción entre actores y objetos es esencial, creando experiencias visuales que evocan la niñez.
Con cuatro años de trayectoria, la compañía ha crecido como un colectivo donde cada miembro puede explorar múltiples roles, ya sea como actor, escenógrafo, iluminador o vestuarista. En su camino hacia la innovación, están desarrollando un nuevo espectáculo con influencias del cabaret.
A pesar de su creatividad y energía, Rangel reconoce los desafíos que enfrentan como una agrupación emergente. La búsqueda de financiamiento y espacios adecuados para presentaciones implica la elaboración de propuestas formales y la adaptación a las convocatorias existentes. Aunque hay oportunidades de apoyo para nuevos grupos, la competencia es intensa, dado que muchos buscan los mismos recursos.
En su compromiso con la comunidad, Juguito de Uva también está programando talleres de teatro de papel en escuelas públicas, dirigidos a niños de 9 a 12 años, en colaboración con la Asociación Peraj México y la Universidad Nacional Autónoma de México. Este esfuerzo se complementará con un taller en hospitales en noviembre, en el marco del programa social Juventudes Autogestivas para la Transformación 2025, una iniciativa del Instituto de la Juventud.
La labor que realiza Juguito de Uva no solo fomenta la creatividad entre los jóvenes, sino que también contribuye a la formación de un público que valora el arte teatral desde la infancia. Aquí, la magia del teatro se convierte en una herramienta para soñar y explorar el mundo, haciendo de cada función una celebración de la imaginación.
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