En Estados Unidos, el juicio contra Google por presunto monopolio ha entrado en su fase final, con la acusación de que la empresa controla de manera ilegal gran parte del mercado de búsquedas en línea. Se argumenta que Google ha utilizado acuerdos exclusivos con fabricantes de teléfonos inteligentes y operadores de redes telefónicas para asegurar la presencia de su motor de búsqueda en dispositivos móviles.
El Departamento de Justicia de EE.UU. y un grupo de estados han presentado la demanda antimonopolio contra Google, alegando que la empresa paga miles de millones de dólares a compañías como Apple y Samsung para que prefieran su motor de búsqueda sobre otros competidores en sus dispositivos. Además, se ha señalado que Google ha limitado la capacidad de competidores potenciales de mejorar sus propias tecnologías y servicios.
Por su parte, Google ha defendido su posición argumentando que la competencia en el mercado de búsquedas en línea es robusta, y que la existencia de servicios como Bing de Microsoft y Yahoo demuestran que los consumidores tienen opciones.
El resultado de este juicio tendrá importantes implicaciones en el ámbito de la competencia en el mercado digital, no solo en Estados Unidos, sino a nivel mundial. Se espera que las decisiones judiciales en este caso sienten un precedente en cuanto a la regulación de las grandes empresas tecnológicas y su poder en el mercado.
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