Oriol Junqueras es presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y también su referente intelectual. Junqueras no solo ejerce de líder en el partido pese a estar en prisión desde 2017, también ha diseñado una transición ideológica que ha llevado a ERC a ocupar por primera vez en democracia la presidencia de la Generalitat. El éxito de los republicanos ha pasado por amoldar el partido independentista por antonomasia a un pragmatismo que casa bien con el ejercicio del poder en Cataluña. Un artículo publicado ayer por Junqueras en el diario Ara y en La Sexta es la culminación de este viraje.
Los republicanos han ido moderando su discurso desde entonces, con un objetivo: para alcanzar la independencia es necesario tener una mayoría muy clara a favor. Junqueras lo explicitó ayer: “La conclusión es que nos hace falta ser más; una mayoría incontestable, plural y transversal”. Intelectuales y académicos catalanes próximos a los Comunes y a ERC, pero también políticos como el ministro socialista Miquel Iceta, han sopesado que un apoyo de entre el 60% y el 70% de la ciudadanía a partidos independentistas sería una mayoría difícil de esquivar por parte del Estado.
Junqueras fue condenado en octubre de 2019 por el Tribunal Supremo a trece años de prisión por sedición y malversación, por la organización del referéndum ilegal del 1-O y por la carrera unilateral de independencia. La reacción de ERC en aquel momento fue el último golpe de insubordinación que ha tenido el partido contra los poderes del Estado: sus dirigentes jalearon las manifestaciones que ocuparon el aeropuerto de El Prat, la autopista AP-7 o territorio francés justo en la frontera con La Jonquera. Cuando las protestas contra la sentencia llevaban ya días desembocando en violencia callejera, ERC empezó a pisar el freno.
El texto de Junqueras hecho público ayer es la constatación del cambio de guion en estos años de postproceso de independencia, y que coincide con la inminente aprobación de los indultos que dejarán en libertad a los dirigentes independentistas encarcelados. Junqueras ha pasado de rechazar el perdón del Gobierno a aceptarlo, además de cuestionar la viabilidad de volver a probar la independencia por la vía unilateral, algo que el programa electoral de ERC todavía mantiene como opción legítima —siempre que cuente con un amplio apoyo ciudadano, según el documento programático.
Junqueras y su delfín, Pere Aragonès, el nuevo presidente de la Generalitat, han jugado en estos años una suerte de rol cinematográfico de policía bueno y policía malo. Mientras que Aragonès ha sido la voz sosegada de ERC, Junqueras ha mantenido un tono tenso que, por ejemplo, desafiaba de forma reiterada a Iceta a mirarle “a los ojos”, porque considera que es sobre todo por culpa del PSC que terminó en prisión. Sin embargo, el líder de ERC también ha querido rebajar la crispación y se le vio departiendo brevemente con el ministro de Política Territorial y Función Pública durante la toma de posesión de Aragonès, el pasado 24 de mayo.