Ilustraciones de las cartas del tarot, dibujos de planetas, de rosas o de tigres, entre otros, adornan las sudaderas de Kaotiko. Esta firma de moda barcelonesa de estilo urbano desenfadado ha conquistado a un público difícil de complacer: el comprendido entre los 15 y los 30 años. Y al frente de todo, Germán Bernad (Elche, 1979), que, junto a su padre y su hermano, se hizo con la empresa hace casi siete años y es desde hace tres su director general.
“Kaotiko se creó en 1999″, aclara el alicantino. La fundaron Katia Vilaginés y Ángel Palacios como una pequeña tienda multimarca de ropa de firmas deportivas. Fue en el número 4 de la calle de Cucurulla, en el centro de Barcelona, y bajo un nombre distinto. Al observar que sus clientes demandaban prendas que las marcas con las que trabajaban no ofrecían, decidieron lanzar su propia firma y confeccionar sus prendas a tan solo 20 minutos de allí, en Mataró.
Aunque la trayectoria de la familia Bernad en la empresa aún es corta, Kaotiko factura hoy cerca de 12 millones de euros anuales, cuenta con un equipo directo de 90 personas —130 si se incluye a sus proveedores—, 9 puntos de venta físicos en toda España y cerca de 160.000 seguidores en Instagram. Fabrican alrededor de 400.000 prendas al año, todas en España. “La mayoría de ellas las seguimos fabricando en Mataró, pero también en Granada las de tejido vaquero, en Igualada las de punto y en Elche el calzado”, detalla Bernad, que vive a caballo entre Madrid, Barcelona y Alicante.
Todas las marcas que se encuentran en las tiendas Kaotiko —como Vans, Carhartt o Santa Cruz— tienen en común con la firma “una filosofía de juventud, frescura y cultura urbana”, en palabras de este alicantino de 42 años. Y aunque no es una marca de moda exclusiva para skaters y surferos —ni quiere serlo—, reconocen que su estética bebe de la de estos deportes. “La identidad de Kaotiko no ha cambiado desde su fundación, y eso me atrapó”, explica el director general. Y para mantenerla y reforzarla cuenta con lo que para él son sus dos pilares fundamentales: el equipo de diseño y compras, que lidera como director creativo Rubén Cutillas, y los empleados de sus nueve tiendas.
![El panel donde el equipo de Kaotiko apunta las prendas que se mandan a fabricar dos veces por semana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/c06dFB33HuE-g4ecwRhKRXB-Y-o=/414x0/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/IFQFBOMMANEE5FH2G472JDCSDE.jpg)
Buena parte del éxito de las prendas tiene que ver con la “exigencia” del equipo de diseño, según explica Bernad. “Observo cómo trabajan y parece que estén haciendo alta costura”, bromea. Las piezas de corte ancho con llamativos estampados psicodélicos de colores vivos son su sello de identidad y uno de los principales atractivos de la firma, que ha conseguido formar una comunidad más allá de la moda. “A veces apostamos por productos originales que no tiene nadie más y escuchamos a los clientes decir: ‘Si está en Kaotiko es porque se va a poner de moda”, cuenta con orgullo.
“Mis padres han sido fabricantes de calzado muchos años, por eso puedo verlos reflejados en las personas que ahora trabajan para Kaotiko”, afirma el CEO. Por eso, dos veces al año seleccionan a los mejores vendedores de cada tienda para que visiten los talleres de los proveedores. “Creo que cuando ven que una señora que podría ser su madre está planchando, cosiendo o bordando las prendas, después tienen más motivos para defenderlas en la tienda”, opina Bernad.
![Bernad, en los talleres de Mataró.](https://imagenes.elpais.com/resizer/RITBp2_iiIZBHqCPt5p9DDlVLhM=/414x0/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/CW7MZ6HUOJGJ3AA73IJ6XQYMKM.jpg)
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