Aunque en la radio tapatía Karla López Arriaga ha forjado una sólida trayectoria como locutora y productora, aventurarse al mundo de las letras era un pendiente que finalmente ve la luz con la publicación de “Lo que me faltó decir. Relatos de amor, aprendizaje y valentía”, su libro debut con el que invita a los lectores a un viaje personal cargado de reflexión y confesiones.
“Es mi primer libro después de más de 30 años dentro de la radio y por fin logro establecer ese contacto con lo que siempre deseé, porque quise estudiar derecho y periodismo, pero la vida me fue llevando hasta llegar a la radio. Me preguntaron que por qué quería ser escritora y creo que lo más cercano entre ser periodista y abogada es ser escritora, porque un abogado tiene que buscar justicia, yo me considero una persona que observa la vida, escuchar los diferentes puntos de vista sobre un mismo aspecto y ver cómo vivo yo ciertas situaciones y cómo las voy a resignificar”.
Karla López
“Lo que me faltó decir” no lo piensa como un libro de superación y lecciones para los lectores, pues en sus páginas expone sus procesos y experiencias personales tras identificar etapas de su vida en donde el vacío y la incertidumbre aparecieron sin motivo aparente, lo que puso en alerta a la reconocida locutora sobre la importancia de charlar sobre lo que aqueja al corazón y a la mente.
“Para mí escribir siempre fue muy terapéutico, una forma de ir aliviando. Creo que todos nos parecemos más de lo que creemos y aunque vivimos en un mundo lleno de diferencias y conflictos, no nos damos cuenta de que somos parecidos, que vivimos problemas, sino es que iguales, muy similares, porque al fin de cuentas todos tenemos pérdidas, desde laborales, amorosas o de alguien muy cercano”.
Karla López destaca que entre las anécdotas y reflexiones que comparte en “Lo que me faltó decir”, también añadió ejercicios con los que los lectores pueden interactuar no solo para tener más herramientas para conocerse uno mismo, pues también invitan a mirar desde otra perspectiva cómo interactuamos con nuestros entorno y ser más empáticos con quienes nos rodean descubriendo que quizá también llevan cargas emocionales de las que no somos conscientes.
“Es un libro interactivo, de trabajo no exhaustivo, al final de cada texto viene un pequeño ejercicio, porque a lo largo de estos años que he debido de trabajar conmigo por gusto, por necesidad, por querer crecer como persona, me di cuenta de esa importancia”.