“Al nivel que está es un jugador que siempre tiene que venir, te da trabajo, inteligencia táctica y ayuda con el balón”, sentenciaban en la federación sobre Koke (Madrid, 29 años) cuando en noviembre de 2020 fue convocado por Luis Enrique tras casi dos años sin enfundarse la camiseta de la selección. En esa ventana fue señalado por el seleccionador como uno de los grandes artífices de la goleada a Alemania (6-0). En este tiempo, se ha perfilado como uno de los futbolistas de cabecera del técnico asturiano, que parecía haberlo desterrado. Desde que se consumó su regreso, Koke es el centrocampista más utilizado por Luis Enrique con cinco encuentros (tres titular) y 360 minutos en total.
Su citada inactividad como jugador internacional correspondió con un bajón notable de su juego en el Atlético. Transmitió síntomas de ser un futbolista envejecido antes de tiempo por el desgaste físico que le exigía el fútbol de Simeone y las pérdidas de balón que coleccionaba en muchos partidos. “El estilo del Atlético me ha beneficiado mucho, porque hemos tenido más la posesión, hemos tenido más balón y hemos atacado mucho más, con gente más ofensiva…”, razonaba este martes Koke para explicar su mejora en el rendimiento. Este curso ha registrado su mejor promedio de acierto en el pase (90%) desde la temporada 13-14, la de su explosión como jugador del Atlético. En la selección, incluso mejora ese guarismo con un 93% de pases buenos.
“Al final, es seguir trabajando, no cambiar mucho lo que hacía antiguamente. Sí que es cierto que los jugadores pasamos por momentos de forma, pero no he cambiado nada”, incide el volante rojiblanco. “Simeone le ha duplicado la responsabilidad al hacerle jugar como mediocentro de referencia por delante de la defensa, algo a lo que no se había atrevido antes de forma tan continuada. Ha disfrutado mucho este año”, explican desde el Atlético.
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