La entrada en vigor del Brexit, y especialmente su Protocolo de Irlanda del Norte, ha provocado una crisis interna en el principal partido unionista de ese territorio, el Partido Unionista Democrático (DUP, en sus siglas en inglés), que amenaza con poner en riesgo el Gobierno autónomo de Stormont.
Después de la dimisión de la líder de la formación y ministra principal de Irlanda del Note, Arlene Foster, una revuelta interna ha forzado a su sucesor, Edwin Poots, a tirar la toalla cuando apenas llevaba tres semanas en el puesto.
Nada más cerrar el acuerdo y proclamar al nuevo ministro principal, una reunión de urgencia en Belfast de los principales diputados y cargos orgánicos del DUP anticipaba ya una crisis ingobernable. Una mayoría de más de veinte miembros sacó adelante una moción de censura contra Poots.
“He pedido al presidente del partido que ponga en marcha el proceso electoral interno para permitir que la formación pueda elegir un nuevo líder”, ha explicado el político en un comunicado al final de la reunión. “El partido me ha pedido que me mantenga en el puesto hasta que elijan a un sucesor”. El defenestrado líder esquivaba a los medios y evitaba responder preguntas.
El Protocolo de Irlanda, que impone la permanencia de este territorio británico dentro del Mercado Interior de la UE, ha incendiado los ánimos de la población unionista.
En los últimos meses ha resucitado una violencia callejera con una intensidad que no se veía desde hacía muchísimo tiempo. El Gobierno de Johnson ha señalado esta inestabilidad como la razón principal para incumplir de forma unilateral los compromisos adquiridos con Bruselas. Lo que ha provocado un enfrentamiento entre el Reino Unido y la UE y la posibilidad de una guerra comercial grave.