La dramaturga Ximena Escalante invita a vivir una experiencia sensorial para explorar las emociones de la migración entendida no sólo en términos económicos o políticos sino de pertenencia e identidad en el montaje Cruzando fronteras que se presenta en el Centro Nacional de las Artes hasta el 30 de mayo de manera presencial.
“Es un texto sobre la vulnerabilidad de un migrante que queda rezagado de su tribu y queda solo al rigor y a la exposición de la naturaleza y cómo cualquiera de sus facetas se lo puede comer. Es la sensación de que estamos expuestos en un lugar desconocido y en situación prohibida. Lo escribo desde las sensaciones de la vida interior de un migrante, porque no me interesa hablar de los aspectos sociales, antropológicos y económicos, sino que me voy más al miedo y la soledad que vive”, explica Escalante.
La pieza se acerca más a un performance donde no se cuenta una historia a la usanza del teatro tradicional, sino que propone entrar a un entorno multimedia en medio de una arquitectura ex profeso para la acción con música y video en vivo. La intención es generar un ambiente de soledad y desconcierto, emociones que la autora asocia con la migración.
El texto surge de una combinación de Tooba, de Shirin Neshat; el cuento persa del siglo XII La conferencia de los pájaros, de Farid al Din Attar y la dirección de Kaveh Parmas. Los textos, señala la autora, tienen sus raíces en el espiritualismo del lejano y medio oriente, envuelto en lo musical con estilo eclesiástico.
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