Argentina da tímidas señales de recuperación. Después del derrumbe ocasionado por la pandemia de covid-19 en 2020, que agudizó la crisis económica que arrastra desde 2018, la actividad económica en el primer trimestre de 2021 creció un 2,5% respecto al mismo periodo de 2020 y un 2,6% respecto al trimestre anterior. Los primeros meses del año pasado estuvieron marcado por la detección de los primeros casos de coronavirus y de la paralización preventiva de casi toda la maquinaria productiva del país en la segunda mitad de marzo.
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El PIB de Argentina se desplomó un 9,9% el año pasado, una de las mayores caídas de toda Latinoamérica. El crecimiento informado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos supone un pequeño avance, distante por ahora de las proyecciones de crecimiento del Gobierno de Alberto Fernández para este 2021. En el presupuesto, el Ejecutivo apostó por un aumento del PIB del 5,5%, pero el ministro de Economía, Martín Guzmán, elevó después la proyección al 7%. Organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial prevén para Argentina un crecimiento que ronda el 6%.
La construcción, con una mejora del 21,3% interanual, y la industria manufacturera (11,4%) son los sectores que mostraron una mayor reactivación económica en el arranque del año. Por el contrario, acusaron un duro golpe tanto hoteles como restaurantes, con un retroceso del 35,5% al ser muy castigados por las restricciones al turismo y a la gastronomía impuestas debido a la covid-19.
El consumo aumentó respecto al trimestre anterior, pero no así en la comparación interanual: el privado cayó un 0,7% mientras que el público lo hizo un 0,5%. Respecto a la balanza comercial, las exportaciones crecieron un 1,2%, un ritmo muy inferior al de las importaciones, que registraron un aumento del 18,8%, según el informe de avance de la actividad económica.