La secta New Age del ayahuasca, que había adquirido renombre a nivel mundial, ha sido desmantelada desde una finca en Fuente el Saz del Jarama. Este grupo, que promovía el uso ritual de la ayahuasca, ha sido objeto de una investigación que ha revelado prácticas ilegales y abusos contra sus seguidores.
Según las autoridades, la secta operaba de manera clandestina y realizaba ceremonias con ayahuasca sin la debida autorización. Además, se han reportado testimonios de exmiembros que denuncian abusos físicos y psicológicos dentro del grupo. Estas revelaciones han generado preocupación y conmoción en la comunidad, lo que ha llevado a una acción legal por parte de las autoridades.
El caso ha puesto de manifiesto la importancia de regular y supervisar las prácticas relacionadas con el uso de sustancias psicoactivas en contextos religiosos o espirituales. La falta de control y supervisión ha permitido que grupos como este operen al margen de la ley, poniendo en riesgo la integridad y el bienestar de quienes participan en sus actividades.
Es crucial que las autoridades mantengan una vigilancia constante sobre este tipo de grupos para prevenir abusos y proteger a los ciudadanos. Aunque el uso de la ayahuasca en contextos terapéuticos o religiosos puede tener ciertos beneficios, es fundamental garantizar que se realice de manera segura y legal.
El desmantelamiento de esta secta sirve como recordatorio de la necesidad de una regulación adecuada y de la importancia de estar alerta ante posibles prácticas ilegales o abusivas en entornos religiosos o espirituales. Esta situación pone de relieve la responsabilidad de las autoridades y la sociedad en general para garantizar la protección y el respeto de los derechos de todos los ciudadanos, especialmente en contextos vulnerables como el de las sectas y grupos de creencias alternativas.
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